sábado, 6 de septiembre de 2014

AFECTO EN DETERIORO



EL DESAGÜE DE LA IMPIEDAD
    La diatriba, el exabrupto o la inquisitiva profanación, volviéndose cada una de ellas una alternativa fáctica, vuelcan su intenso y vehemente deseo de frenar su irrealizable condición ínfima. Sobreviene una descarga que reestablece el equilibrio particular, y el portador reclama su inherente derecho a la felicidad, pero ésta se torna más utópica que nunca. La muerte acecha, se agazapa en contubernio con los fantasmas ligados al aniquilamiento, y en su aborrecible camino deja tras de sí un aura que despide los malos augurios de un destino en devastación. Sin salida, el portador de tan indigna fortuna deja de ser, se retira de toda lucha y perece.  

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