Friday, June 19, 2020

METAS Y DESEOS PARA EL AÑO NUEVO 2020


                    PROPÓSITOS DE AMOR O DE DOLOR

        Un año que se va y otro que aparece en nuestras vidas, y con ello un montón de metas que nos echamos a cuestas como si deseáramos cerrar un ciclo no cumplido a satisfacción plena y abrir uno nuevo con renovados bríos para aplicarse con denuedo y determinación (casi como que un clavo saca otro).
        Las metas que nos proponemos año con año versan mucho sobre nuestros sueños y deseos, y seguramente dichos objetivos cambian a través del tiempo para luego reajustarlos a las nuevas y prioritarias necesidades nuestras en el entorno socio-familiar. Lo que sí es un hecho es que cada año invertimos una gran cantidad de energía, de tiempo y hasta de dinero para llevar a efecto las metas que queremos llegar a cumplir, algunas de las cuales serán alcanzadas a cabalidad y, en cambio, otras, no pocas, quedarán en el olvido.
        Cuando no tenemos en claro en forma objetiva qué es lo que realmente queremos lograr, empezamos a planificar desde las postrimerías del año que acaba y, aún, hasta los albores del nuevo (por no decir, dejando al final los propósitos al vapor de la banalidad), colocando los recursos que se utilizarán para ello y, desde luego, las ventajas que alcanzaremos una vez cumplidos nuestros propósitos. No obstante, y aquí viene lo interesante del asunto, muchas de las propuestas llegarán a su fin en menos de lo que canta un gallo y tendrán el efecto de frustrarnos en la búsqueda de las otras metas establecidas, para colmo de males.  
        Ahora bien, ¿qué es lo que causa que ningún o muy pocos objetivos sean cumplidos? Primeramente, y vale decirlo con insistencia, solemos colocar una serie de metas de toda índole, eso por un lado, y por el otro no incluímos las condiciones del entorno para cumplirlas con efectividad. El éxito en el cumplimiento de un objetivo tiene que ver con el cambio de las condiciones ambientales y del contexto inmediato. Muchos de nosotros nos proponemos reducir de peso, pero no prevemos que el entorno físico seguirá siendo el mismo y justamente eso no ayudará en nada a la meta de reducción de peso. En segundo lugar, algunas de las metas propuestas suelen ir más allá de nuestras posibilidades reales y responden, más a un deseo influenciado por las presiones sociales que a cualquier otra cosa. Posicionamos altas expectativas cuando la experiencia nos ha dictado que debemos avanzar a pasos graduados y consistentes, es entonces que comenzamos por debilitarnos en la consecución de los objetivos y renunciamos muy pronto. El resultado es el mismo que se obtiene en aquellas personas que comienzan las dietas los lunes, el famoso pretexto que se utiliza para aplazar lo que no se tiene ni se quiere con seguridad. Dicen que cuando realmente se quiere cumplir una meta, cualquier día y cualquier fecha trabaja bien. Es decir, un propósito se comienza sin tanto aspaviento y se cumple plenamente cuando lo quieres realmente y está en tus posibilidades reales. En tercer lugar, nos llenamos de objetivos que responden a situaciones banales y superfluas. Entonces, en cuanto cambia el contexto respondiente nuestros objetivos se desvanecen como la espuma costera; dejan de ser porque estaban en conexión a situaciones disposicionales o eventualidades del contexto.
        Pero, se preguntará usted qué es lo que debemos hacer ante esa situación tan complicada y que se repite año con año, dejándonos en la mayor perplejidad y angustia, impotencia y frustación. Bueno, quizá es tiempo de renovar y renovarse, como las computadoras que se actualizan cada vez para funcionar con efectividad y a la altura de las circunstancias. Es tiempo de cambiar la perspectiva de las metas, es decir, cambiar el rumbo porque el fracaso en el proyecto total, invariablemente, no se aleja mucho del primer mes, y es cuando en tan poco tiempo tiramos la toalla, valga usted la expresión coloquial. Nos desalentamos y renunciamos al cambio, el sacrificio que involucra el nuevo estilo de vida que sugieren los objetivos originales y sus propias expectativas. Puede que ello nos haga sentir muy mal o tal vez no porque racionalizamos inconcientemente el desagradable evento, reprimimos con naturalidad y nos olvidamos del asunto. Pero el hecho de que fracasemos en un proyecto de este tipo, nunca trae un crecimiento personal y una firmeza de carácter si no aprendemos justamente de esas derrotas personales. Seguramente, asociada a esta eventualidad está el hecho de que colocamos metas que tienen que ver con dinero, logros profesionales, un coche nuevo, bajar de peso y otras por el estilo. No significa que esta clase de metas no sean lícitas. Empero, esta clase de objetivos están bastante generalizados en nuestra sociedad e impulsados por la cultura del consumismo y la imitación de prototipos o modelos de vida personal, familiar y social que tienen su base en lo que la gente vive en su momento histórico incorporándolos en sus esquemas y patrones de vida. No obstante, aquí la persona se encuentra atrapada entre el ser ella o ser como los otros. Basado en un modelo social aprobado consistentemente por el contexto que le rodea, muchas veces hay una renuncia a la exigencia de un desarrollo de las facultades y de las cualidades del ser como tal. Esto ocurre naturalmente por las inconsistencias e incapacidades del sujeto de plantearse a sí mismo, sujeto a una reflexión profunda de los valores universales de respeto, amor al prójimo y solidaridad por nombrar algunos; metas que tengan que ver con la caridad, el dar amor a los demás, el perdonar y reconciliarse con los alejados en su familia y/o amigos. Compartirte con los que quieres, con los tuyos, con la gente que amas es algo realmente maravilloso y son las cosas que no debemos olvidar, más por el contrario, son las cosas que debemos acuñar para que la vida tenga un significado valioso. Replantear los objetivos para el año nuevo debe ser un verdadero proyecto que involucre el amor. De este modo, considero que una de las formas apropiadas de colocar metas y objetivos para el año que está en puerta, es hacerlo en familia o en matrimonio, según el caso que corresponda, puesto que de allí nace la esperanza y el deseo. Quizás nunca lo habías considerado de esa manera, no obstante creo que es algo lindo, distinto y muy productivo para tu espíritu, además de que, personalmente tengo esa convicción, los compromisos que se proponen en familia por parte de cada uno de los miembros le pertenece a todos en su conjunto y cada quien deja de estar aislado en sus propias expectativas y la probabilidad de que se cumplan las metas es mayor porque cada quien cuida del otro. Nada más grato que compartir en familia lo que uno desea porque en el deseo se funden los corazones y los corazones unidos son más fuertes que aquellos aislados y/o divididos. Creo que debiéramos dar un viraje en ese sentido, replantearnos las metas del pasado ciclo y colocar las cosas más importantes de la vida y de lo que somos capaces de ofrecer por los dones que hemos recibido gratuitamente. Al mismo tiempo que cambiamos la estrategia de proponernos las metas de año nuevo, la misma estrategia puede ser constituída como un recurso importante para todos los miembros del hogar. Todos tenemos la capacidad de dar y de darnos mutuamente y en forma sincera, sin aspavientos y cortapisas. Que este año sea para ti una oportunidad de dar más que de recibir. Colocate tú mismo de frente con ese corazón repleto de amor, puesto que el necesitado de la prescencia de ese amor realmente espera con ansiedad el recibirlo. No te imaginas cuantos hermanos frente a tí lo esperan con verdadera ansia. Conviértete en instrumento de dar amor y no sólo su receptor. Coloca una meta de amor y cariño para el que más lo requiere. Puede ser que la fortuna de tu vivir es tal que el corazón se te desborda y es dable imaginar, entonces, la dicha que debe resultar al ofrecer tanta alegría a alguien más quien no tiene a nadie en la vida. Siempre habrá un Cristo en aquella persona que no posee un pan para llevarse a la boca, un Cristo en esa persona que de pronto viste sediento; quizás se te apareció un Cristo en forma de alguién sin un hogar para descansar, y que complicado resultó contemplarlo como el Cristo que nos ofrece cada día su morada en el cielo. Puede ser que el darle la vuelta a esa persona no haya sido lo más cómodo para ti, pero ninguna razón justifica el acto aunque de pronto haya sido fácil recluirlo en el inconciente por el sentimiento de culpa que asaltó tu conciencia. Sin embargo nunca es tarde para rectificar por razón de que el Cristo tuyo y mío es tan misericordioso que siempre perdona cualquier cosa que hagamos con la condición de que cumplamos sus santos sacramentos y nos arrepintamos de corazón, por supuesto, tampoco es de gratis como muchos de aquellos que pregonan un cristianismo “light”. Si tu corazón alberga mucho amor y felicidad, que hermosa experiencia la tuya. Y si compartes un poco de ese amor con algún necesitado que lo único que se le desborda de su corazón es miseria y desolación, tus acciones serán mil veces más hermosas porque lo habrías hecho por ese mismo Cristo quien ha llenado el corazón tuyo para completar de felicidad a tu propia familia. Entonces atinarás concluyendo que el tiempo de dar amor no es de veinticuatro horas ni de cuarenta y ocho, ni siquiera de un año como el que te propones mejorar, sino que el dar amor no tiene tiempo ni medida y realizarás en tu corazón que entre más lo ofreces y compartes más allá del hogar más se llena del amor que necesitas para respirar y vivir con significado profundo y, en consecuencia, ser verdaderamente feliz con los tuyos. Ello te llenará por dentro, te dejará con un sentimiento de completud porque el que da recibe más y en abundancia. Aprovecha este momento para recapitular. No tires en saco roto lo anterior. Tal vez no tengas que renunciar a las propuestas del año que termina. Probablemente necesitas rebajar de peso y esa pueda ser una meta aceptable por tu salud. Tal vez estés en la necesidad de escalar un escaño en tu trabajo o lograr una meta académica importante en tu vida. Todo eso es válido, sin duda. Lo que yo te digo es que simplemente reconsideres que tu corazón puede crecer en amor; que puedes crecer en amistades honestas y leales y que el darse a los otros redundará en un beneficio personal llenando tu espíritu de una gran pasión porque el que ofrece con amor recibe el doble y nunca se vacía. 
        Las metas de año nuevo no son simplemente las cosas que quiero para mi vida, sino lo que de mi corazón puede salir para otros en necesidad de amor y cariño; aspirar a ser alguién que con sus manos extienda un plato de alimento para quien hambre tiene, unos oídos que escuchen al afligído, unos ojos para el que anda ciego y llevarlo por la senda del bien, un verdadero gusto por los placeres que Dios nos ofrece en abundancia, pero por sobre todo una persona con un corazón dispuesto a entregarlo al que se encuentre hambriento de amor, sin mirar de quién se trata. Al final de todo, estarás en el camino de la autorealización y con ello en un crecimiento pleno y profundo con satisfaciones y recompensas que ni el dinero que amasaste en el año, la consecución del programa de maestría que tanto te apuraba, y que por fin has completado, y ni la rabajada de peso que hayas logrado nunca podrán darte ni un céntimo de lo que hayas recibido por dar tu corazón al prójimo. Así que recibe el año 2020 con nuevas promesas y desafíos en los que comprometas tu corazón hacia los necesitados. Que sea el principio de un ciclo ininterrumpido de, no sólo de ofrecer, sino de ofrecerte, más que de recibir y, de ese modo, devolver lo que divinamente se nos ha dado.

Thursday, June 18, 2020

ENTREGA TOTAL - TOTAL SURRENDER - ENGLISH AND SPANISH REFLECTION


 ENTREGA TOTAL
Del mismo modo como las flores que abren sus pétalos de noche, la bella y sublime demostración de entrega de una mujer conduce al éxtasis jamás imaginado de un profundo amor que penetra y hace vibrar hasta las entrañas del otro en la relación. Abriendo la imaginación con delicadeza, y de noche para dejar y hacerse sentir sin distracción, haciendo llegar el maravilloso y natural perfume de mujer, su distinguida y esencia que desequilibra dulcemente los sentidos. Entonces, los pétalos se cierran creando un mar de sensaciones alegóricas y de enjuages hirvientes en un embate de amor y locura hasta lograr el clímax. Los aterciopelados pétalos aun vibrantes vuelven abrirse para soltar la presa que ha quedado en estado de relajamiento y completud. La noche es larga y pronto el ciclo volverá a repetirse de forma continuada.

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TOTAL SURRENDER

Like flowers that open their petals at night, beautiful and sublime show delivery of a woman leads to never imagined ecstasy of a deep love that penetrates and vibrates to the bowels of the other in the relationship. Opening the imagination with delicacy, and night to leave and be felt without distraction, reaching the wonderful and natural female perfume, its distinguished and essence that sweetly unbalances the senses. Then, the petals close creating a sea of allegorical feelings and hot rinses in a drubbing of love and madness to achieve climax. The velvety petals still vibrant again open to release the dam which has been in a State of relaxation and completeness. The night is long and soon the cycle will repeat continuously.