Tuesday, December 24, 2013

CUANDO TU ESPOSO TE GOLPEA





    “Todo el mundo sabía de la clase de relación que sostenías con ese hombre, tu propio esposo, de las vicisitudes y los quebrantos que padecías junto a él, pero, y sin embargo, solamente permanecías como ajena a los eventos que para todos hacia rodar por el suelo tu dignidad de mujer. Me preguntaba desde cuando habías soportado el estar viviendo de ese modo, y para mi sorpresa, cuando me enteré de ti misma, no podia creerlo: ¡veinte años! Te aseguro que jamás pensé que alguién en sus cinco sentidos y con clara conciencia de si pudiera desperdiciar si vida de ese modo, y más impactado quedé cuando me dijiste de las razones de ello. Entendía que habías caído en un bache bastante profundo en la que tu valía de mujer estaba por los suelos. Me contaste que tu esposo te golpeaba, y que más de una vez casi te desfigura el rostro, además de que tus extremidades se llenaban de contusiones y los moretones saltaban a simple vista. Y cuanto polvo tuviste que colocarte en tu cara para aparentar que todo estaba bien. Cuantas mentiras tuviste que decir, mentiras que ya nadie creía, y que ingenuamente con tales justificaciones tratabas de ocultar lo inocultable. Y ese hombre (si es que merece ser llamado como tal) que ante los demás era la educación y cortesía encarnada, cuanta falsedad oculta guardaba. Quien pensaría que dentro de su corazón se escondiése un animal, un monstruo con cara de oveja, un patán de pies a cabeza”
    Si te identificas con la historia real que acabo de relatar, aléjate del hombre que algún día te prometió todo lo contrario de lo que ahora recibes. Si tus hijos han sido la razón de seguir en ese camino, déjame decirte que ese es el más grande error que muchas mujeres cometen. La pretensión de que tus hijos serán más felices estando junto a su padre y a su madre, no obstante la relación insana de ambos es sencillamente una decisión errada.
    Finalmente, tu dignidad de mujer es algo que te pertenece y nada ni nadie puede quitártela. Es tuya, pero de ti depende en que lugar gustes posarla. Tu sabes hasta que lugar permitirás colocarla, ya sea al fondo o en lo alto de tu escala personal de valores. No arguyas que él es el responsable de todo, si tu has sido una protagonista importante de la situación que vives, y lo peor de todo es que has involucrado a tus hijos en forma criminal. Ahora, lo más triste de todo es que tu horizonte se observa nublado y las pesrpectivas de un cambio en tu vida son solo llamaradas de petate. Ese hombre que tanto de ha golpeado y al que tanto miedo le tienes, en el fondo es un cobarde que en lugar de dignificarte te humilla, te deja postrada en la ignominía ante todos, inclusive ante tus propios hijos. ¡Atrévete al cambio, no temas! Aléjate de ese hogar y busca la ayuda que necesitas. Si te decides te aseguro que el “cobarde” unicamente se inflamará de enojo, luego dará patadas de ahogado, y después de un tiempo renunciará a su desenfrenada pasión de golpear a lo más bello que Dios ha creado, si es que tiene el valor de hacerlo. Piénsalo pero no tanto, decidete y actúa. Al final tus propios hijos te lo agradecerán, y  verás la luz en el horizonte.