Wednesday, March 25, 2020

EL PODER DEL COQUETEO EN LA MUJER


            Creo que la mujer, en mi particular punto de vista, es la protagonista principal en la génesis de  una relación heterosexual; el nexo entre un hombre y una mujer justamente con propósitos de formar un matrimonio, una  amistad o una relación de noviazgo. Con esto quiero decir que la mujer es la que determina y la que define la persona con la que mantendrá un contacto más íntimo, llámesele novio, esposo o amigo, lo que significa que no es el hombre el que decreta con quién vivirá o mantendrá una relación. Por supuesto, el hombre sabe con quién se une, y además piensa que ya escogió primero, pero lo que no advierte es que ya fué escogido previamente por la chica, la que se convertirá luego en la mujer de sus sueños, su novia o su amante. ¿Sabe usted que la mujer con solo guiñar su ojo tiene a sus pies a cualquiera, literalmente hablando por supuesto? Recuerdo un dicho que mi madre solía decir “ la mujer está para escoger”. Debo reconocer que en un principio, la expresión causaba cierto malestar en mi orgullo de hombre, sin embargo siempre reflexionaba  en ello, de la veracidad de su contenido y de que tan cierto resultaba lo que había en esa frase. Con el tiempo, puesto que era una de esas frases acostumbradas que regularmente ella expresaba, me fui convenciendo de que aquella expresión no era una simple posición feminista  que transgredía el papel del hombre machista de entonces. Era simplemente la propia experiencia que mi madre había tenido con mi padre, y era así como lo experimentaba, y aún ahora lo concibe como algo verdadero. Estoy convencido de que hay algo de cierto en esa frase. Y déjenme decirles que existen muchas mujeres que hacen un uso indebido de esta ventaja, por llamarlo de algún modo, para tener hombres a su lado. De pronto, siempre hay la mujer que le gusta jugar con el sexo opuesto, mostrando una falta de respeto hacia la figura masculina, y al mismo tiempo degradando la figura de la mujer, o por lo menos la de ella misma. En ocasiones, la mujer actúa así por que se siente sola, hueca y con una autoestima en deplorable condición. En otras circunstancias, es simplemente la simple vanidad de sentirse asediada por los hombres. Con los años la mujer se vuelve una esteta en el asunto y  la madurez la convierte en una persona  más selectiva en las relaciones y, entonces, la búsqueda de relaciones que ofrezcan su tranquilidad es ahora la prioridad. No es difícil ver a una chica de 16 o 17 años con una cantidad increíble de galanes tras sus "cueros". Y es que ellas mismas se han dado cuenta del  poder para atraer al sexo masculino, como el imán que atrae al hierro. Algunas no saben como hacer un uso debido, prudente y apropiado de sus encantos, y a todos los chicos les encajan una mirada de tentación. Si éste patrón continúa hacia la adultez, no es extraño que la agenda de la chica este llena por lo menos tres meses por adelantado de citas con muchachos, fiestas, reuniones con amigos,etc., etc., etc. Tal vez sea una sátira mordaz decirlo de ese modo, pero es más o menos lo que podría estar pasando con algunas chicas con una gran necesidad de ser rodeadas por hombres debido justamente a su inconmesurable sentimiento de soledad y minusvalía, o bien por la gran vanidad en sus corazones. Veamos algunos tipos de mujeres respecto  al uso de la táctica del coqueteo en la relación con el sexo opuesto en la perspectiva de  principiar una relación formal y/o de acercamiento con propósitos propios de cada mujer.
        LA MOJIGATA
        Bajo esta categoria encontramos a la mujer que se muestra santurróna y puritana. El grado de moralidad en su esquema personal y experiencial es muy alto. Le cuesta mucho trabajo adaptarse a las costumbres nuevas y un tanto liberales, y el guiñarle un ojo a un hombre sería el equivalente a un pecado de consecuencias penitenciales, más por su propia conciencia que por el acto propiamente dicho. Un exceso en su conducta le puede acarrear dolor y un sentimiento de culpa grande, debido a una aplicación rigurosa sobre sí de reglas verdaderamente severas. Es un monumento al estoicismo el sometimiento de su persona a un cuadrante reglamentario que la comprime. Lo que es verdaderamente cierto es que la persona tiene convicción de sus esquemas morales y de sus aplicaciones en la vida. Así que, guiñarle un ojo a un hombre es una realidad siempre y cuando ese hombre se trate de su padre, y no otro hombre por ningún motivo. El extremo de esta categoría de mujer se sitúa en la hipocresía, en el encubrimiento, y el que dirá la gente le afecta sobremanera. Su mecanismo de defensa básico es la represión. El último censo poblacional en USA arrojó que un 1%  de las mujeres de entre 15 a 35 años son auténticas mojigatas. Esto quiere decir que estas mujeres están en grave peligro de extinción. ¡Ya casi no existen! Bueno, no creo que a ningún hombre le preocupe eso. Palabra de honor. Es el tipo de mujer a la que el hombre moderno “esquiva 
        LA PSEUDOMOJIGATA
        Como su nombre lo índica, en esta categoría están envueltas todas aquellas mujeres que falsamente se hacen pasar por mojigatas, haciendo gala de un moralismo que solo usan a conveniencia. En realidad son más peligrosas de lo que imaginamos, y eso es debido a que llevan una doble personalidad en la relación con los hombres. Son super discretas en aquello de cerrar su ojito a los hombres. No es a cualquiera ni a cada momento. Son francamente muy selectivas. No obstante, cuando hacen uso de éste recurso, el contraste de lo que aparentan con lo que muestran es enorme, y eso crea un espejismo alrededor de ellas, sobre todo cuando el hombre es muy observador y puede dar cuenta de ello. Lo tigresa que llevan dentro está barnizado con la ternura y la fragileza de una mariposa. Son falsamente bellas. La pseudomojigata no reprime sus emociones tan intensamente como en el caso de la mojigata, y sus propios canales de expresión le ayudan a mantener un equilibrio entre lo conservador y lo liberal. Así esta mujer accede a las nuevas posibilidades y patrones sociales nuevos sin tanto problema. La estadística del censo poblacional en USA nos reporta que la pseudomojigata tiene más prescencia que su vicaria, es decir, la mojigata. Bajo el mismo rubro de mujeres de entre 15 y 35 años, esta categoría muestra un 5% poblacional de damas que le guiñan el ojito a los hombres, sin incluir al papá por su puesto. Usted se preguntará porque es mayor el porcentaje de las pesudomojigatas comparado con la categoría de las mojigatas. Creo que la respuesta estriba en que las pseudomojigatas se ocultan en las formas y actúan con las bases, lo que proporciona enormes ventajas en su diario vivir, en especial en la relación con los varones potencialmente relacionables en sus vidas. El mecanismo de defensa que emplean tiene que ver con una especie de racionalización/justificación. No necesariamente son malas mujeres. Es simplemente que ellas luchan entre una educación tradicional que han recibido desde siempre y una nueva forma de ver la vida más liberal que la sociedad impone, y que ellas en su observancia femenina dejan ver como algo válido en sus vidas, y no algo que necesariamente les cause malestar o sentimiento de culpa. Para ello recurre, como dije antes, a intelectualizar sus actos para evitar la culpa que estos generan en la conciencia. Su porcentaje poblacional es de un 27 % de entre las  mujeres de 15 a 35 años de edad. Es el tipo de mujer a la que todo hombre “apetece
        LA MESURADA   
        Si hay algo aceptable en la sociedad es justamente la mesura. Esto significa prudencia, ecuanimidad, balance y equilibrio entre otras cosas. La mujer mesurada es aquella que sitúa su vida en un punto intermedio,mostrando una interacción más real de sus esquemas personales, coincidiendo más con la realidad que le ha tocado vivir. Es adaptable, circunspecta y discreta en sus actos. Considera el flirteo como algo natural a la mujer. Seducir a un hombre no es un asunto que le acarrea problemas personales, ni es algo que tenga que ocultar. Aceptan el galanteo de la mujer hacia el hombre siempre y cuando que las formas mantengan un balance y un respeto en proporción. No es el coqueteo abierto e indiscriminado lo que practican las mujeres que se colocan bajo este rubro. En realidad es algo más fino y selectivo. El coqueteo es solo un recurso válido que utilizan de forma prudente y proporcionada. A ellas les importa mantener la buena imágen, el buen concepto y opinión que otros tienen sobre sus personas. En esta categoría encontramos cierto liberalismo, pero también cierto recato, y ambos combinados a la prefección. Estos elementos se mezclan sin contravenir el uno al otro, dando paso a una mujer que tiene un manejo de sus emociones en aparente armonía, de modo que se está bien consigo mísma y con la sociedad. Psicológicamente, la mujer mesurada tiene más recursos para defenderse que las dos mencionadas arriba. De acuerdo al censo poblacional de los Estados Unidos de América (USA, por sus siglas en inglés) la mujer mesurada se nos da muy poquito. Apenas un 5 % aparecen en escena. Un hombre podría desear tener más especímenes de ésta clase, pero la realidad es que está en “chino”(difícil) encontrarlos. Podríamos decir, coloquialmente hablando, que es el tipo de mujer que el  hombre moderno “pretende
        LA MUJER SEMAFORO
        Le parecerá extraño el hecho de que una categoría de mujer bajo el título “ Cuando una mujer guiña el ojo a un hombre”, tenga el nombre de un artefacto que sirve para guíar el tránsito vehicular en una ciudad. Es simplemente que muchas mujeres cierran tanto el ojito a los hombres, y lo hacen con tanta desesperación que más parecen semáforos que cualquier otra cosa. Así es, puesto que con el rojo detienen a cuantos s e les antoja, y de pronto se les encuentra con un tráfico enorme, qué no le cabe a uno pensar como esa mujer atrae a tantos hombres y con que sentido. Del mismo modo que atraen masculinos, a ellas les resulta fácil liberarse de aquellos con los que no desean una relación más formal o de acercamiento íntimo, dándoles "luz verde" para que emigren a otras avenidas. El ambar es usado como preventivo (just in case) cuando la duda les asalta y no saben a ciencia cierta si “habrá o no habrá” diversión por allí. Eso es normal y a cada mujer le pasa de vez en cuando, pero en la mujer semáforo le ocurre con frecuencia. Es el equivalente al popular  “don Juan” en referencia al hombre que tiene un corazón tan grande que le caben todas, pero aplicado al caso de la mujer. A esta clase de mujer todos los hombres, o casi a todos, les gusta. Ese no es el problema. La cosa es que a todos (o casi a todos) les cierran el ojito. No les asusta detener el tráfico vehicular. Ni tampoco les amedrenta ver accidentes y choques provocados por ellas. Creo que mas bien gozan con ello. Les encanta sentirse el centro de la atención de los varones. Bajo este poder compensan sobremanera un sentimiento de vacío y una autoimágen devaluada. Los esquemas psicológicos están en sintonía con una falange de necesidades no resueltas. Este tipo de mujer tiene un pasado triste en su relación con los padres, en especial con la figura maternal, la que, como usted debe suponer, no es la figura más apropiada para una hija, y la cual hereda todo el pasado de su progenitora, un pasado tormentoso que repetirá fielmente al pie de la letra. No habrá fe de erratas, se lo aseguro. Hará todo exactamente igual que su madre. El mejor ejemplo de la repetición compulsiva de un pasado generacional está dado en la mujer semáforo. Es la típica mujer que tiene hijos con varios fulanos. Nunca vive sola; no sabe vivir sola porque vivir sola significa soledad, vacío, carencia. Por tanto su soledad es insana, es tormentosa, juiciosa y perturbadora. El sentimiento de inadecuación personal que éstas mujeres llevan consigo, como los semovientes (ganado, vacas, reses) que llevan su sello indeleble de su dueño, se oculta por el amplio liberalismo en su proceder en la relación con los hombres, y por la expresión abierta y sin tapujos de sus emociones y deseos. Realmente tienen un corazón partido en dos: uno lleno de tristeza profunda plenamente esquivada, y otro de felicidad aparente. Pero solo le conocemos éste último, el de la felicidad aparente. Uno es real, el otro es ficticio. Uno oculto, otro visible. Según el censo, como en todos los casos anteriores, la estadística arrojó un 66.6 % de la población de mujeres de 15 a 35 años. Esto quiere decir que éstas mujeres abundan por doquier; se les encuentra practicamente en todos lados sin importar la condición social, grado de escolaridad, religión, raza, etc. Además de todo, su estadística apocalíptica (66.6) coincide con el chamuco que llevan dentro. Bien dice el dicho,”nada es casual”. Este es el tipo de mujer que todo hombre “ desea 
        Pues como hemos visto en estas líneas, un acto tan simple como el coqueteo, tiene una significación poderosa para explicar la conducta de las personas. Hechos tan simples nos hablan de cosas tan profundas que llevamos  en nuestro interior, en este caso las mujeres. Obviamente ésta clasificación pintoresca no tiene ningún propósito de educar o informar sobre la personalidad de la mujer. Es solo una caricatura de una realidad mucho más compleja. Sin embargo, da una idea de como la mujer adopta distintas formas de actuar respecto de algo tan simple como lo es el coqueteo.                                                                                                         

TU FELICIDAD: A MENUDO, UN ASUNTO QUE IRRITA A OTROS.



LAS PARADOJAS DE LA VIDA

    No es fácil ni dable conjeturar la falacia, tan oscura como oculta, destinada a romper con los círculos de amor y confianza en las relaciones de amistad para  quienes les incomoda y les hierve hasta el alma la felicidad y armonía de los otros, aún si son familiares o amigos cercanos. Tampoco resulta sencillo para un corazón amoroso sostener que, dentro de un espíritu ajeno se pueda dar alojo al oprobio y la vileza, a la envidia y el resentimiento de manera tan expedita que, ya nada sorprende después de ello. Pero, mientras tanto, alojemos el amor y démosle la bienvenida a quienes desean recibirle con soltura y sensibilidad. Los corazones dispuestos a amar siempre ponen, por lo menos, un ápice de su belleza interior para retribuir por el amor recibido y disponen de una flexibilidad permanente que da cuenta de la certeza y de la humildad presente en su espíritu. Así, la confiabilidad es evidentemente grande y resistente al oprobio, y se puede conducir por la vida con suma afabilidad y honestidad al trato con los demás.             

Saturday, March 7, 2020

LA TRASPARENCIA DE TUS OJOS


Desde el amanecer y a través del día, nada más hermoso que observar tus bellos ojos para apreciar por medio de ellos las  profundas afecciones del corazón y las espontáneas motivaciones de tu alma.

From dawn and throughout the day, nothing is more beautiful than observing your beautiful eyes to appreciate through them the deep affections of the heart and the spontaneous motivations of your soul.