LAS PARADOJAS DE LA VIDA
No es fácil ni dable conjeturar la falacia, tan oscura
como oculta, destinada a romper con los círculos de amor y confianza en las
relaciones de amistad para quienes les incomoda
y les hierve hasta el alma la felicidad y armonía de los otros, aún si son
familiares o amigos cercanos. Tampoco resulta sencillo para un corazón amoroso sostener
que, dentro de un espíritu ajeno se pueda dar alojo al oprobio y la vileza, a
la envidia y el resentimiento de manera tan expedita que, ya nada sorprende después
de ello. Pero, mientras tanto, alojemos el amor y démosle la bienvenida a
quienes desean recibirle con soltura y sensibilidad. Los corazones dispuestos a
amar siempre ponen, por lo menos, un ápice de su belleza interior para
retribuir por el amor recibido y disponen de una flexibilidad permanente que da
cuenta de la certeza y de la humildad presente en su espíritu. Así, la
confiabilidad es evidentemente grande y resistente al oprobio, y se puede
conducir por la vida con suma afabilidad y honestidad al trato con los demás.
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