Saturday, November 7, 2020

MUJER MADURA

    Tú, mujer Madura de gustos mesurados y deseos profundos, que reavivas el pasado colocando cada pieza en su justo lugar potenciando las buenas y las malas experiencias por efecto de promover justamente tu bienaventuranza y felicidad, la celebración y júbilo de la ecuanimidad en tus emociones y pensamientos. Sigues siendo aquella mariposa que distinguíase por la soltura en el revoloteo de sus frágiles y graciosas alas, no obstante ahora con la fortaleza y el donaire de sus flancos, además de parsimoniosos y libertarios. Es ahora que comienzas por brillar de dentro hacia afuera porque de tus bellos labios emerge la sabiduría que la vida otorga junto al encanto equilibrado de tus afecciones; la delicia de tu oculta intimidad sólo accesible para el amor de tu vida. Por supuesto, sigues siendo aquella veinteañera damisela de singulares curvas y elástica piel, pero justamente en el comienzo de tu atardecer, entre el veraniego y otoñal estadio de tu vida, dejas entrever las huellas del hermoso regalo de ser madre y dibujas tu rostro con una sonrisa de completud y satisfacción plena, algo solamente alcanzable en el atesoramiento de los años vividos. Es ahora que te muestras como una real mujer de pasos y pensamientos meditados y decisiones caviladas por el crisol de la experiencia. Seguramente que sigues siendo como aquella novel de pensamientos impúdicos y pulsiones a flor de piel, no obstante ahora con la hermosura de tu embarnecido cuerpo que relata los pormenores de tus aquietados impulsos en el crepúsculo de tus mejores años. Quizá ahora una mujer de pechos caídos, y sin embargo con un corazón levantado hasta el cielo, aquel que se entrega con profundo amor. Quizá esa mujer de cintura rebelde, pero de un espíritu que se rodea de los sentimientos más bellos. Y en ese compás, es el tiempo de gozar cada momento, cada minuto y cada instante de tu vida porque ahora identificas con sobrada sabiduría el milagro de vivirla y gozarla de lado del hombre que el Señor ha dispuesto en tu vida y de todos aquellos que conforman tu círculo familiar e interpersonal. Irremisiblemente vendrán los años esperando que el Soberano los mantenga frescos para ti, y con ello aparecerán renovadas esperanzas, aquellas incorruptibles y profundas ilusiones que pueblan tu corazón para bien amar aquellos los tuyos y a los ajenos en desventura. Serás la mujer jamás en decadencia, la dama portadora de los sueños alcanzables, la ascendente y proactiva, la siempre símbolo del amor dentro y fuera de su hogar. Mujer madura, que conforme los años arriban tienen el efecto de convertirte en una dama cada vez más bella, hermosa, plena y de un corazón eterna y permanente joven.