Friday, November 23, 2012

CUANDO TODOS TE FALLAN, CRISTO SIEMPRE LOGRA CONSOLARTE



Cuando las cosas no parecen ir como tú lo deseas; cuando tu corazón sufre por un desamor y la razón no concatena con tus sentimientos, tal  vez es tiempo de recapitular. Un esfuerzo sosegado, hasta lo humanamente posible, de vincular tus emociones con tus pensamientos será de provecho, y estoy seguro de que lograrás encontrarte en ese mundo caótico de la desilución, de cuando la esperanza parece irse de tus posibilidades. Se que la pereplejidad te inunda de repente y te deja sin aliento para continuar. Tal vez alguién te ha fallado sobremanera. Es posible que una persona importante en tu vida te haya mentido o tal vez haya errado en algún aspecto de la relación, y eso te hace sentir muy mal, pero no desistas del perdón y la reconciliación, antes bien dáles una buena cara y aceptalas en tu vida y, por sobre todo, en tu corazón, de modo que sean parte de tus instrumentos razonables que fundamenten tu forma de vivir, de relacionarte con los demás y de resolver los problemas humanos. Es probable que tu corazón se encuentre herido, tal vez malogrado o extremadamente maltratado. Tal vez no has cerrado algunos círculos en tu vida, y por esa razón algunas heridas se encuentran frescas, abiertas y expuestas, como si hubiese sido ayer el triste evento inconcluso que te atormenta, y que por esa única razón eres tan susceptible, tan vulnerable. No obstante, la vida continúa y tú debes ser proactiva, es decir, dejarte guíar por expectativas positivas y de gran valor humano, y no dejarte arrastrar por cosas del pasado ni por traumas remotos en tu vida. Se dice fácil, pero hacerlo es otra cosa muy distinta, lo sé. Más aun, debes estar cierta de que lo primero, y como regla personal, es que debes de internalizar en tus esquemas mentales el no dejarte caer y deprimirte. La soledad conduce con suma facilidad a intrincados vericuentos psíquicos, laberintos sin salida que sellan las posibilidades de la felicidad y alegría en tu vida. Recuerda una cosa: “en la vida no hay problema mas grande que cargar tu cruz con dignidad, y con la alegría de que Dios lo ha puesto ahí, justo frente a ti”. Ninguna otra cosa será tan propositiva como las cosas que Cristo te pone de frente y directo al corazón. Así que, emúlalo con todo el amor y el respeto que pueda salir de ti y deja de lado los sentimientos de depresión y derrotismo. Aunque pueda parecer extraño, El vive y está allí, junto a ti, debajo de tu corazoncito esperando que le abras la puerta con verdadera fe y alegría, y está en espera de ti con un gran regalo en sus manos, un obsequio que vale para la eternidad. Atrévete a conocerlo y te aseguro que tus dolencias y preocupaciones desaparecerán, o por lo menos serán menos intensas y más llevaderas para una vida mejor.

Thursday, November 22, 2012

ENCARANDO UN PASADO DOLOROSO



 La unica razón por la que el ser humano debe,incluso denodadamente, buscar y encontrar su autorealización como persona,sin importar género,raza,condición social,cultural y económica, es el hecho de que merece ser feliz,asi de simple y sencillo.Se dice fácil,no obstante la lucha diaria de millones de personas en el mundo entero hoy día es precisamente la búsqueda de su propia realización como seres integros y plenos,es decir,seres satisfechos con lo que son y con lo que han hecho en sus vidas y con sus expectativas futuras.Mas sin embargo,esa lucha nunca cesa porque las necesidades del ser humano son continuas y crecientes,y siempre están en constante  reacomodo a las exigencias del contexto,a las variadas necesidades personales en los diferentes roles que la sociedad y la familia impone.Es a menudo complicado  para algunas personas encontrar la plenitud,especialmente cuando gran parte de sus vidas han sufrido de experiencias que las han lacrado dejándoles una mezcla de dolor y animadversión,y en tal condición resultan predestinadas a vivir una especie de paralisis en sus sanos y legítimos deseos de llegar a ser,de convertirse en lo que muy en el fondo desean como seres humanos.El amor propio ha sido trastocado,y en tanto ello esté presente por el tiempo que sea,incluso toda una vida,la persona afectada contiene una incapacidad de avanzar en el amor,de ser libre de sus propias ataduras atribuibles a un pasado,si bien con ciertas fortunas asi tambien con experiencias y momentos aterradores y desaforunados que pareciera le han marcado con el sello de la incapacidad de crecer en su espíritu.A causa de ello, muchas personas sufrientes no logran su cometido de autorealizarse durante toda su vida,de modo que son como peregrinos que van por el mundo mostrando sus contradicciones personales, denunciando sus congojas al mismo tiempo que buscan ser ellos mismos con la desesperación particular de quien no ha resuelto las aflicciones y desdichas de su pasado.
    Es probable que sientas las palabras anteriores en carne propia,con lo cual debemos ser cautos en su consideración y no confundirnos en la acepción que hagamos al identificar nuestra condición con la necesidad del sujeto de autorealizarse en forma plena.Debemos ser claros y precisos al encarar un evento doloroso de nuestro pasado.El primer punto a seguir en este proceso que,ya de por si angustiante y que naturalmente nos encamina a una negación perpetua,es mirarse al espejo para apreciar en forma nítida la o las experiencias aterradoras de nuestro pasado.No es fácil hacerlo cuando lo único que has efectuado  durante toda la vida es alejarlo de tu conciencia como si con ello consiguieras alejarlo de tus memorias,de tus esquemas personales.El dolor originario de aquel evento traumatizante te oprimió tanto que decidiste alejarlo de ti a como diera lugar.No obstante,la herida ha quedado allí,y lo peor de todo es que ese pasado permanence mas vivo que nunca.Debes saber algo que quizás nunca te hayas imaginado:jamás podrás alejar de tu vida tus experiencias personales;buenas o malas quedaran por siempre alojadas en tu memoria.Ello explica porque muchas personas en su anhelo de olvidar ese yugo que les oprime el corazon,su sufrimiento es mayor cada vez.Como si el ir en  contra de sus propias vicisitudes resultáse un aliciente para avivar sus propias heridas.Conozco a una señora de 73 años,la cual fue abusada sexualmente por su propio padre cuando ella era solamente una niña de doce años.Su experiencia se repitió por los siguientes cuatro años de su vida de adolescente hasta que un día decidió poner fin al calvario.Su padre la abusaba de manera ocasional,pero desde el primer momento que la tocó en su deseo malsano y bizarro,ella  nunca fue la misma.Confiesa que en su momento tuvo deseos de suicidarse pero algo la contuvo.El horror a los hombres se hizo mayor,y sus encuentros con chicos de su edad siempre estuvieron en franco declive en su juventud.De hecho,sus relaciones posteriores con hombres adultos resultaron un fracaso,situación que la acompaño durante toda su vida.A su edad aun recuerda con tristeza y desolación su pasado, y ni siquiera el tiempo ha tenido la capacidad de borrar tanto dolor en su corazón.De la misma manera que a está señora,la mayoría de nosotros hemos tenido percances nada gratos con otros seres humanos,y lo curioso es que estos nunca han estado lejos de nosotros; en muchas de las ocasiones los agresores  resultan ser parientes nuestros,y en el peor de los casos los protagonistas han sido nuestros  propios padres,tíos,abuelos,padrastros ,hermanos mayores,etc.,es decir  gente cercana a nuestra realidad.Y durante años hemos vivido con el dilema de que hacer con ello,a pesar de que nuestra vida se ha arruinado  de cierto modo.Lo peor es que muchas veces nosotros mismos en nuestra desesperanza dejamos de darle valor a todo lo malo que nos ha acontecido,y hasta lo justificamos,le restamos valor y hasta le damos un giro distinto de modo que lo encontramos como una experiencia de bendiciones para nuestra vida,lo cual suena totalmente absurdo si pensamos los estragos que nos ha causado.Una chica adolescente de 16 años me confesó que su padrastro la abusaba sexualmente,pero que ella sentía un gran alivio cuando asistía a los servicios dominicales en su parroquia.Lo grave era que su mamá estaba enterada del monstruoso hecho y no hacía nada por evitarlo.La joven se conformaba con decirse a sí misma que el dolor era menos porque estaba muy entregada a las cosas de Dios.Mas ese alivio era ficticio y solo remendaba el trauma viviente con una actitud en desamparo silenciosa y humillante,aceptando una realidad de la que no encontraba la manera de escapar.Ningun hecho malsano acontecido a nuestras vidas es dable a concesiones,ni merece una acepción esperanzadora de su razón de ser,aunque en ocasiones pongamos por sentado de que a partir de ello nuestra vida ha cambiado.Nada justifica un acto pernicioso encontra de cualquier persona,aún y cuando dicho episodio hubiese marcado la vida de un sujeto como un parteaguas,entre una vida de apostasía o alejada de Dios,a una vida plena en El.No podemos imaginar del todo,ni mucho menos predecir lo que el futuro nos espera,de modo que lo que debemos trabajar en estos casos de trauma y afectación en el alma de una persona es precisamente el allá y el ayer,concepción a favor de la integridad del sujeto y de la resolución de su conflictos originarios en un discurso que recapitula y emerge la experiencia pasada,o bien trabajar los conflictos en su tiempo y espacio que determinan en buena medida su comportmiento y expectativas en el aquí y ahora,concepción a favor del sujeto escindido y de la resolución de sus conflictos pasados en el presente ignorando la fuerza originaria del problema.Lo anterior tiene una razón muy poderosa:el pasado,bueno o malo,impacta nuestra personalidad por el resto de nuestras vidas,los eventos se convierten atemporales desde el punto de vista de la afectación que producen ,y nunca preescriben,siempre estan allí determinando en buena medida  nuestro presente.Además de que su fuerza es mayor cada vez y tiene el efecto de hacerse presente en el comportamiento general,en nuestras relaciones interpersonales y hasta en nuestras expectativas futuras.No obstante,como dije antes ,lo primero es que el sujeto se reconozca como una persona portadora de un trauma que lo mantiene atorado en ciertas facetas de su vida.En su caso,se debe trabajar duro y con determinación para el logro de este paso tan importante.
    Una vez que el sujeto ha logrado vencer cada obstaculo en la aceptación y reconocimiento de un trauma experiencial en su vida,es entonces cuando estamos en posibilidades de avanzar en buscar las estrategias para traer a la conciencia cada situación traumatizante en la vida,los sentimientos involucrados y la frustaciones experimentadas durante el evento y a partir del mismo a lo largo de toda la vida posterior.Podría parecer un asunto de relativa dificultad,sin embargo no hay nada mas doloroso para un ser humano que ha tenido experiencias brutales,mounstruosas e infames como el recordar tales eventos.Muchas veces la sola mención del hecho traumatizante en sus vidas les trae ciertas dificultades.Hace unos veinte años atras,conocí a un joven universitario que cuando tuvo confianza,terminó por platicarme el hecho que lo atormentaba.Había sido violado por un tío cuando era un chico de once años.Desde el momento que inició su relato sus ojos se rosaron y su voz sonaba trémula y por momentos no pudo articular palabra alguna;un nudo en su garganta se le atravesaba, y finalmente no pudo contener el llanto cuando aún no había terminado de decir todo lo que el tenía dentro de su corazón.Los sentimientos de incomodidad,de culpa y de sentirse asqueroso y sucio por causa de lo que se vive a causa de un abuso en la integridad de alguien,genera una desilución muy grande y un sentimiento de impotencia,sentimientos de rabia,tristeza y depresión,resentimientos hacia las personas que no tuvieron el cuidado de protegerlo(los padres en este caso),una serie de sentimientos encontrados con los que no se puede vivir,y la felicidad es solamente una utopía peregrina desde el particular enfoque del sufriente.Dadas las circunstancias complicadas  de lograr un recuento de todas las heridas y transtornos que ello ha causado en la vida del sujeto,es sugerible que la persona  encuentre su particular forma de reconocer sus traumas originarios.Alguién encontrará productivo si lo escribe en un papel.Quizás platicándolo con alguién más sea una forma de lograr este cometido.Es posible que se tenga que recurrir a grabar lo que se dice para luego recordar en detalle lo que se ha dicho.También es recomendable que se busque a un profesional de los asuntos del corazón, y que sea  de su entera confianza para que saque todo lo que trae dentro y encuentre la guía inicial para su curación espiritual.La forma que yo aconsejo seguir en este caso, es listar todo lo que le aqueja,con lujo de detalles y en forma clara y explícita.Después que tenga su lista complete, ponga en oración cada cosa ante Dios padre y pídale con todas sus fuerzas que lo libere de la basura que lo oprime.Una visita planeada al Santísimo Expuesto con la convicción y fe de que lo sanará de toda su carga entregándole la lista elaborada con anterioridad a la visita,y ejerciendo un rito de quemar su lista después de la visita,alejarla de usted y destruirla,permitirá un buen comienzo en el proceso de cerrar un círculo en su vida,un círculo de dolor y angustia,pero que Dios le hará manejable,de modo que su experiencia dolorosa no le interrumpa más en su vida personal.Recuerde que Dios es hacedor de milagros grandes en su vida;solo  basta con pedirselo con verdadera fe y devoción para obtenerlo.
    Hay algo que debes saber mas con respecto a la naturaleza de los traumas en tu vida.Como lo especifiqué antes,los traumas vividos nunca preescriben,de hecho debemos aprender a vivir con ellos toda nuestra vida,y ni el tiempo ni nada quita su prescencia en nuestros corazones.No es nada grato escuchar lo anterior si lo que has venido haciendo por años es ocultar y negar el pasado que te oprime,como sin con ello la experiencia original se eliminara de tus registros vivenciales,de tu esquema personal íntimo.Eso es imposible, de la misma manera que resulta imposible quitar el hecho pasado que alguna vez te destrozó el alma,lo cual reza con el dicho de que “una patada ni Dios la quita”. Aprender a llevar una vida sana en Cristo Jesús con toda esa cantidad de cruces incrustadas en nuestros corazones y los venideros designios insospechados que nos aguardan, es la mejor actitud y forma de vida que podemos adoptar.Sepa usted que no hay nada ni nadie en este mundo que pueda sacarlo del bache en el que se encuentra,excepto usted mismo con sus propias y sabias decisiones.Por supuesto que Dios le espera en la entrada de su corazón esperando ansioso el que usted se decida,por eso es importante el que usted vaya a ese encuentro.De modo contrario, estaremos hablando de que usted está basando su cambio personal en sus propias fuerzas,sentando todas sus decisiones en las posibilidades limitadas que su razón e inteligencia puede otorgarle para salir adelante.Es cierto el hecho de que su decisión es muy importante para un cambio en su persona,en sus dificultades ,en sus traumas personales,pero al final del día Dios hará la diferencia en su vida,puesto que en El encontrará la paz y la felicidad por tanto deseada.Confie en Dios,aprenda a confiar en El  y su vida cambiará se lo aseguro.Si hay algo que te afecta y es algo que tiene que ver con tu pasado,es tiempo de encarar tus cadenas teniendo de lado a Cristo como tu Salvador,permitiéndole que trabaje sobre todas tus cargas y penas.Es ahora ,no mañana.
  

Saturday, November 3, 2012

AVISTANDO LA CITA CON CRISTO JESUS




Tu apariencia de persona fuerte,ruda y de temple
Tu sonrisa,tus gestos y las expresiones que proyectas
La verdadera forma de tu ser no es esa la que yo veo
En verdad solamente lo que observo es tu exterior

Detrás de lo acorazado de tu persona
Existe algo mas que rudeza y tosquedad
Muy al fondo de la mera apariencia
Puedo vislumbrar mucha sed de amar

He pensado que te cubres por algún dolor interno
Se me ha figurado que tus traumas te han limitado
Tal vez tus apariencias no son mas que defensas
Defensas que protegen a una suerte de amor soñado

Dejarse llevar es tan complicado para ti
Todos te dicen que liberes tu corazón
Alguien mas te pone en entredicho
Pero solo Dios y tu saben la razón

Has caso a tus sentidos,a tus sueños
No trasgredas tu propia experiencia
Procede siempre con amor a Dios
El sabrá descubrirte con paciencia

Cuando te conozcas en tus debilidades
El estará allí para sanarte,cobijarte
Lo hará con suavidad aterciopelada
Y te hará vibrar con su Santa Sangre

Hasta entonces serás un ser revestido
Un ser enteramente nuevo de pies a cabeza
Una piedra convertida en carne viva
Con un corazón colmado de fuego

La obra del Señor no ha llegado a su fin
En el camino hay pruebas por cumplir
No sabes hasta cuando tu puerta tocará
Pero entonces sus reglas debes de acatar

Cuando llegue justo ese momento
Solo El y tú en un encuentro etéreo
Celestial y sobrehumano por el hecho
Beatífico y bienaventurado por lo bello

Justo allí comenzarás a ser en espíritu
El regocijo será pleno y jamás imaginado
Su sola Prescencia te cubrirá de amor divino
Y la vida en El será por siempre hasta el infinito

Thursday, November 1, 2012

LA SOLEDAD DE LA MUJER SIN PRINCIPE AZUL


ESPERANDO EL AMOR CON EL CORAZÓN CERRADO



    ¿Desesperada porque el multisoñado príncipe azul no ha llegado a tu vida? Se pasan los años y no ves llegar la hora en que tu corazón tenga dueño. El hombre con el que siempre has soñado no aparece por ningún lado, y lo que se asoma en tu vida, como una sospecha de que algo serio sucede, por lo menos asi lo sientes, es que todas tus amigas están comprometidas o casadas con su príncipe al que tanto añoraban. La felicidad no parece estar de tu lado y te deprime tu propia situación actual. En la intimidad de tu ser recurres al pasado y casi como con arrepentimiento te fustigas a tí misma, por el hecho de haber sido tan dura y exigente en tus relaciones anteriores, incuestionable por cierto. Incluso te cuestionas tú misma reprobando tus actitudes y valores con los que has actuado. Lo primero que te llega a la mente es “si no hubiera sido tan mala con fulanito, quizás hasta ya estuviera casada como ahora mis amigas lo están” Te miras al espejo y te recriminas por tu forma de ser y hasta por como eres, ya sea por dentro como por fuera. Comienzas a preguntarte sobre los motivos de tu extendida solteria y, mas allá de ello, de las razones de tu extrema soledad. Por supuesto que mantienes oculta esa soledad para no despertar la sospecha ante los demás acerca de tus sentimientos de vacío interior; de un corazón que sufre terriblemente por la ausencia de un amor que lo complemente. Otra cosa que pasa en tu intimidad respecto a esa situación, en la que el principe azul no arriba a tu vida, es la de que, muy a pesar de tu belleza exterior, experimentas cierta envidia en las mujeres no tan bellas exteriormente; consideras que es injusto para ti lo que te acontece, pero vuelves a mirarte al espejo y te asusta ver más allá, decides esquivar el asunto y justificarlo sin dar una real y auténtica resolución de modo que pudieses encontrar una respuesta en ti misma. Es doloroso reconocerte en tus errores y traumas, y encuentras “saludable” reprimir lo indeseable a la inconciencia, casualmente. La vaguedad de este dilema no desaparece del todo y prefieres mantenerlo como un asunto por separado a pesar de que reconoces de que es de vital importancia. Pones de relieve la condición de que otras cosas están fallando, quizá los chicos no se han dado cuenta de que eres linda y sensitiva. Es posible que los muchachos están ocupados en tantas cosas y es por eso que ni siquiera se hayan fijado en ti. Es posible que comienzes a experimentar que requieres de más cuidados personales en tu estética y apariencia, y es entonces que te conviertes en la cliente número uno de la clínica de belleza de la esquina y asidua del gimnasio cercano al barrio. No obstante que tu figura luce bien, tú misma pareces verte muy mal y entonces das inicio a una rutina alimentaria en la que solamente comes lechuga y más lechuga, y tomas agua y más agua. El resultado de todo esto es peor que la solución empleada, y en verdad no trae nada sano a tu vida mas que tristeza y desolación. Pronto te das cuenta de que el sentimiento de oquedad te oprime y la tristeza se intensifica. En la relación con tus confidentes das rienda suelta a tus soñadas pretensiones y a los fracasos experimentados. En esa relación confidencial, normalmente con una amiga con la que compartes tus intimidades, es en la que te muestras tal cual con todas tus flaquezas y debilidades. En dicha relación encuentras un alivio temporario a tus fracasos amorosos, y aún de otro tipo. En el fondo sabes muy bien que a los chicos no les atraes como tu quisieras y te invade la idea de ser más accessible con ellos de modo tal que encuentren la entrada a tu vida en una forma más fácil y sin tantas dificultades. Entonces es probable que comienzes por ceder algunos de tus principios morales a pesar del sentimiento de culpa que eso te genera. Es tal tu ansiedad que te enojas contigo misma, te culpas de lo que te pasa y te sientes fea y poco atractiva a los hombres. La amargura se origina a causa de ello; no te soportas ni tu misma, todo te parece mal y hasta el estar con tus mejores amigas te causa cierto malestar. Maldices a los hombres y, al mismo tiempo, en tu vida aparece un incipiente  estado de depresión; tu ambiguedad provoca serias afectaciones en tu vida interpersonal y la vacuidad la experimentas con mayor intensidad cada vez. Has empleado de todo, desde un guardaropa completo de prendas superatractivas que va desde las minifaldas y los escotes atrevidos, hasta vestidos que no se repiten nunca más, de modo que la inversión solo en eso sobrepasa cualquier presupuesto. Has intentado el gimnasio para obtener una figura que no ha cambiado de manera significativa, pues con tanta ansiedad  y nerviosismo tu cuerpo no obedece a tu mente, y a pesar de que ha sido grande el esfuerzo, son  pocas las libras perdidas. Tu tocador repleto de pinturas  asemejan las acuarelas y todo el equipo profesional de pinturas de un artista  profesional. Gastas una cantidad exagerada en polvos y pinturas para posar más bella y hermosa a la vista de los hombres, pero eso tampoco parece haber funcionado en forma efectiva. Tambien tus mejores amigas te han aconsejado y sólo ha sido para testificar en carne propia la reducida funcionalidad de la mayoría de los consejos extendidos. Nada da al blanco por lo oblicuo de tu visión, y lo peor de todo es que los años se van irremisiblemente, sin retorno. ¡Lo que darías por un chico que te quisiera por lo que eres y no por lo que tienes! Y es que la mayoría solo se fija en tu trasero y en tus pechos, luego en tu cara y al final en tu corazón, si es que hay tiempo para colocarlo en la jerarquía de las cosas que les interesan. Todo eso lo sabes y te disgusta que ellos sean así, aunque en tu juventud te fascinó. Te encantaría que la cosa fuese al contrario. Que primero se fijásen en tu corazón y luego, sin quitarle ni ponerle, en todo lo demás. El sentimiento de ser amante te parece muy complicado, pero lo vislumbras como una posibilidad, aunque a veces practicamente te viene a la mente la idea de renunciar a ser amada por alguien más, y que eso del príncipe azul es mera ficción, solo un cuento de hadas. Te tiras y renuncias a ti misma de tener a un amor porque te dices no merecerlo. Sobreviene el desgaste, la renuncia y con ello la amargura y la desesperanza, triste final.
    Un vistazo al exterior de tu persona nos dice que todo marcha de maravilla. Al ojo del observador común resultas ser una chica de apariencia muy opuesta a tu sentimiento interior. Quién diría que, a decir por tu hermosa máscara, tuvieses una autoestima tan desalentadora. Y es que al contacto con los demás eres la heroína de las fiestas, la compañera perfecta, la amiga genial, la mujer fuerte y segura, asertiva y directa en su personalidad. No obstante que tu interior sea otra cosa muy distinta, te esfuerzas por mantener una imágen de mujer de temple y, además de eso, y por si fuera poco, inexpugnable al trato; eres como una persona enigmática, misteriosa e impenetrable, pero por sobre todas las cosas de una apariencia de felicidad total y satisfacción con la vida que llevas. Cada día que pasa es un número menos a tu juventud, pero tratas de que eso no te quite el sueño y, como perfecta solución, te insertas en la vorágine de los acontecimientos propios de tu juventud y de los  detalles que van y vienen en las relaciones interpersonales con tus amistades, lo que parece normal a toda mujer. Tú sola te debates en tu tristeza, pero nadie o, solamente y en exclusiva, tus mejores amigas lo saben, las únicas con las que puedes abrirte sin cortapisas en lo que se refiere a tus frustaciones y temores en la vida amorosa. Muy a menudo te conviertes en una persona con una doble vida, lo que provoca un desgaste personal de graves consecuencias para tu salud en general. Un grueso tapiz cubre la inmensidad de tu tribulación y amargura. No obstante lo grueso a veces se rompe tu cobertura, pero lo reemplazas en forma inmediata. Cualquier exposición de tu ser te vuelve vulnerable; no es otra cosa que tu ser que se asoma abriendo la coraza que la cubre, como si tu piel interior fuese abyecto y despreciable. Te enojas de ti misma y hasta te maldices por lo que eres denigrándote mordazmente, pero tu sola en tu vida intima, en la soledad del espejo y tu corazón. Lloras una lágrimas de frustación y desesperanza, y en ese vaivén de sentimientos negativos reniegas de ti misma y, en el peor de los casos, te niegas a ti misma. En el extremo de tus contradicciones y paradojas es que te dejas llevar por un acto de sumisión ante la autoconjura, el autosaboteo y tu misma te conviertes en tu principal enemigo. En un acto supremo de conciencia retomas la batuta de tu complicada existencia y vuelves a ser la mujer firme e inescrutable, sólida e imperturbable. Adviertes que llevar esta doble vida resulta muy doloroso y comienzas por buscar alternativas viables para aliviar la tensión. Tus traumas y complejos de superioridad, tu orgullo de mujer bella, atractiva e interesante te levantan por un instante, pero en este ciclo enfermizo las caídas ya son parte de una rutina enloquecedora. Solo tú conoces de los fracasos, pero los demás sospechan de tu infelicidad. En verdad eres presa fácil al exilio porque te persiguen las pulsiones primarias desde el aposento de la decencia hasta la puerta ancha de la vida de placeres, de la renuncia de los valores de respeto y castidad para entrar a una vida en la que atentas contra tu propia persona, contra tu espíritu, y lo más alarmante: contra tus propios principios que salvaguardan tu integridad. Quizás tu moralidad es más fuerte que tus propios impulsos, no obstante sientes ese gusanito que te recorre día a día y que te tienta hasta los huesos. Comienzas por ceder y te tiras al pecado, a la vida mundana. Tus cadenas enfermizas te han secuestrado y la posibilida de recuperarte, aunque no imposible, es verdaderamente complicada. Tal vez tus esfuerzos son denodados y es entonces cuando te separas del optimismo para ceder al fatalismo, y así reprogramas tu corazón para no sentir la desilución.
        Intelectualmente hablando todo parece estar bien contigo; no obstante que la academia se convierte en tu refugio bendito para primeramente ocultar tu desbalance y, por supuesto, para subsanar posteriormente el hueco del desamor, la hendidura grande en tu corazón te ha marcado y, aún así  palpita por su complemento. Posiblemente llegas a convertirte en una veterana de las aulas universitarias. Puede que no estés interesada en proseguir tus estudios, pero en tal caso las actividades laborales en las que te desarrollas son para ti como un bálsamo para calmar tu dolor, tus ansiedades y los síntomas de una solteria que se vuelve extensiva porque nadie parece estar interesado en ti como mujer o quizá tu ceguera no te lo permite ver con claridad. La fortaleza de conciencia te mantiene en pie, y favorece que la depresión no sea una opción en tu vida, afortunadamente. Pero sin embargo, no pocas veces ocurre que experimentas un sentimiento de intensa soledad, de que nadie te quiere y de que corres el peligro de que el tren pase pitando y te deje atrás en el camino. Entonces comienza una crisis existencial que te imposibilita ser feliz, y hasta las cosas mas simples y hermosas han dejado de sosprenderte. La crisis es notoria en todos los aspectos de la vida cotidiana. La última en advertirlo eres tu misma, pero los síntomas de esa crisis son notorios a cualquiera; y es que se te nota en tus rasgos, en la faz, en tu sardónica sonrisa, en tu lenguaje no verbal, en todo tu cuerpo. La crisis muestra los estragos dejando tras de sí una muerte del amor en vida, una funcionalidad a rastras, una vida a base de inercia automatizada, robotizada, de simples movimientos que responden a una suerte de señales de supervivencia; una clase de vida vegetativa en el amor. La capacidad de amar es cosa del pasado y ni un ápice del deseo de dar debido al bajo umbral de sentir el amor. Imposible dar lo que no se tiene. La vida ya no es vida; es la muerte la que opera tu vida, la inunda de su fuerza y eso es lo que provoca la pesadumbre, el dolor anquilosado de un corazón que alguna vez quiso ser en el deseo de amar y ser amado, ahora incrustado en el ostracismo  espiritual.