Saturday, January 23, 2021

NO A LA SOLEDAD, SI AL CAMBIO

 

¿TE SIENTES MUY SOLA?

Si esa pesadumbre y amarga soledad que cargas sobre tu espalda no permite darte lo que necesitas y te conformas con sobras de amor que cualquier estúpido banal puede ofrecerte, puesto que no tiene algo más importante que dar, es el momento de cambiar tu vida y dejar el brillo gris que emana de tu persona. Toma una resolución definitiva y regálate el valor de desear y luchar con denuedo por un mejor destino. Es tiempo de aflorar el espíritu combativo que llevas muy dentro, tomar decisiones proactivas y jamás rendirte.

Monday, January 18, 2021

FESTEJA A TU MUJER Y DEJA DE SOÑAR EN OTRA

 

Siempre es el tiempo de festejar a tu mujer. Ámala sin condiciones y recíbela con las flores de los abrazos y besos. Aliméntala cada vez con los detalles de la atención y cuidado, y nunca dejes de enaltecerla como la dama dueña de tu corazón. Cuando realices todo lo anterior, darás cuenta que, con excepción de la tuya, no hay otra mujer en la vida que pueda festejarte a ti con todo el amor y pasión concebible.  

Sunday, January 3, 2021

PROPÓSITO DE AÑO NUEVO 2021


        Quizá el 2020, y con sobradas razones, no haya sido el mejor año para cumplir todos tus propósitos. Sin embargo, debes saber que no existe un ciclo anual ideal para rescatar todos aquellos sueños que planeas con esmero y regocijo. A lo mejor eres de los que no necesariamente planificas con la entrada del año nuevo porque no te consideras de esas personas que minuciosamente lo preveen todo. Muy probablemente estás en la categoría de la gente que ya se cansó de tanto planificar cada año nuevo de sus vidas y luego no cumplir ninguno de los propósitos previstos. En cualquier caso, es sugerible encontrar un punto de partida, el arranque colocado en un imaginario intermedio que nos posicione en balance y sin caer en extremos, es decir, la desorientación o, lo contrario, la autoexigencia desproporcionada. Veamos que podemos rescatar y poner en práctica para el año 2021.

   

        Puede ser que las postrimerías del año que culmina evoquen en ti las posibilidades que hayas tenido para perseguir tus sueños, pero también las capacidades que hayas mostrado para cumplirlos. Y en este reencuentro de capacidades y oportunidades, probablemente decidas eludir el asunto de la evaluación de tus logros porque, de pronto, adviertes cierta molestia o incomodidad al saberte incompetente para realizar algunas propuestas que tú misma(o) te has propuesto. Y sin embargo, eliges mirar de frente con un renovado plan para el año que se viene encima. Probablemente esto lo has venido realizando por años y es justamente lo que yo califico como “reciclaje de proyectos”. También puede ser que al final del año nada ni nadie te mueve el corazón para efecto de mejorar tu vida y/o la de otros, pero también es plausible que te haga sentir exitosa(o) y comfortable con lo que has logrado a lo largo del ciclo anual. Lo que es importante poner de relieve es de que en diciembre es la época en la que concluimos un período y nos disponemos para comenzar el siguiente. Por esa razón es de que al finalizar una etapa volveremos a comenzar otra de forma sucesiva e ininterrumpida hasta que Dios nos llame a cuentas para la observancia en el cumplimiento de sus planes y los que nosotros nos propusimos llevar a cabo en algún momento.

 

        Cualesquiera que sean tus metas de año nuevo, en especial por lo que hemos vivido en el 2020, la consideración siempre gratificante de colocar el amor en medio de cada cosa, por cierto, necesaria para alcanzar tus sueños, en mi opinión, convertirá tu ejercicio anual de metas y proyectos en una tarea conciliadora entre lo mucho que has recibido y las profundas potencialidades que posees para dar. Así, y justamente de ese modo invariable, tus planes tendrán la propiedad de darte la luz, el gozo y la guía para cumplir lo propuesto. Tu corazón te proporcionará el impulso para avanzar cada día, pero el amor pondrá esa peculiar magia y fascinación que seducirá tu espíritu y su entorno. Nada más valioso y encantador que tener el amor como eje vector para encontrar el rumbo y la fuerza para cumplir tus sueños.

 

        No obstante tus mejores intenciones, podría resultarte complicado cómo avanzar en esa dirección, situación que considero válida desde que es algo nuevo para ti. ¿Cómo involucrar el amor en los planes de año nuevo? En la actualidad, la gente habla del amor como quien habla de ropa, moda o viajes. Es algo que se ha vuelto muy popular de modo tal que su concepto real y auténtico se ha modificado sustancialmente en su uso y aplicación. Así, obtenemos productos bastante deformados y abaratados de lo que el amor significa y el ciudadano promedio se deja llevar por ello asumiendo que  un corazón formado con ambas manos, un simple decir “te amo”, un regalo costoso o una carta acompañada de flores son sus mejores representantes. Sin subestimar estos actos a los que me refiero, solamente puntualizo que ellos en sí mismos no son el amor, aunque pudieran ser reflejar los signos del interés de una persona a otra bajo el rubro del amor romántico.

 

        De forma indiscutible podrías argumentar que es precisamente el amor lo que siempre ha guiado tu vida, tus proyectos y planes, pero que, sin embargo, paradójicamente todo ha quedado igual o lo mismo decir que poco o nada de lo planeado se ha cristalizado. Aquí hemos de anotar algunas vertientes que muy probablemente hayan brillado por su ausencia y que pudieran ser las razones por las cuales las cosas no te hayan salido como lo esperabas. Lo peor de todo es que la carga física y emocional ha sido tal que ha superado el límite de tu capacidad para, finalmente, dejarte en la frustación y desasosiego. Lo anterior es particularmente cierto si observamos de cerca la naturaleza de la intención, es decir, la autenticidad del deseo, cuando se desea el logro de determinada meta o proyecto. Podría decir que en no pocas ocasiones lo que a nosotros los seres humanos nos motiva para alcanzar algo en la vida suele estar basado en un amor personalista y con apego estricto a nuestra zona de comfort. Nada más alejado del verdadero amor al prójimo, el amor ágape. El mensaje es claro: en los proyectos y metas de año nuevo los intereses de los demás, y no únicamente me refiero a la familia, deben estar primero. Quizá esta vertiente te resulte bastante fuerte, pero es una realidad de ineludible certeza cuando realmente deseamos avanzar en el amor verdadero.

 

        Una segunda vertiente del amor involucrado en los proyectos de vida es aquella que establece un balance entre el dar y el recibir como estilo de vida. Sin duda que el ser humano dispone de la capacidad de amar intencionadamente favoreciendo a quienes le rodean en ese entorno de dispendio de afectos. Lo más alentador es cuando el resultado de extender el sentimiento amoroso se compagina con la actitud incondicional de entregarse para el bien amar; el deseo de que el otro encuentre dicha y felicidad. El flanco débil en esta balanza es cuando se calumbra una finalidad que está basada en el “toma y daca”, lo cual evidentemente entorpece la probable existencia de un deseo profundo y más íntimo de amar al prójimo de forma desinteresada.

 

        La tercera y última aproximación del amor en la que se involucran nuestros sueños y metas de corto y mediano plazo (metas factibles dentro de un periodo de 12 meses) tiene que ver directamente con la autoestima, el valor de sí ante la conciencia propia. Es importante destacar el concepto que de sí mismo se tenga para efecto de evaluar el compromiso general y la promesa contraída. Pero, ¿cómo ofrecer lo que no se tiene? Peor aún, ¿cómo darse lo que de antemano se niega? Si el objetivo es avanzar en la autorealización como persona, entonces elevar la autoestima se constituye como una meta consecuentemente válida. Empero, si la idea es consolidar actos de amor a todos los Cristos hambrientos, desarrapados, sedientos, desamparados y desprotegidos sabiendo que se posee la precurrente necesidad de una autoestima suficiente y sana para alcanzarlos, entonces el camino que se ha elegido irá en sentido contrario a las manecillas del reloj hasta encontrar la sincronía con tu reloj espiritual, es decir, el verdadero amor, que al final de cuentas significa amar a Dios primeramente y, en seguida, amar al prójimo como a ti mismo. Lo triste es de que, en muchas ocasiones, la persona no alcanza a darse cuenta de esta condición y justamente por esta circunstancia de vida los proyectos se cumplen parcialmente, se abandonan en poco tiempo o jamás llegan a cumplirse. La realización personal no es incompatible con los actos de amor al prójimo. Por el contrario, el verdadero amor en nuestros espíritus, ese amor que se sacrifica por el propio y que nunca se pone a disposición para recibir algo a cambio, es la consecuencia directa de la superación expedita de los condicionamientos culturales existentes en nuestras sociedades occidentales y que abogan por el desarrollo personalista en una encarnizada lucha en contra del amor, en su concepto más profundo, y siempre ocultando y/o racionalizando su visión sórdida, egoísta y avarienta. De hecho, se requiere de una gran dosis de amor propio para proyectarse en el maravilloso y excelso ámbito de entregar el corazón. Después de todo, ello contribuye a llenarse desde dentro para nunca vaciarse del todo. Cuando falta ese resquicio de amor propio, la estructura de la auto-estima se derrumba con facilidad y el entregarte al otro se convierte en suplicio debido a que la fuente inagotable del verdadero amor no se le ha permitido trastocar las fibras del corazón. Entonces, podrás entrar al juego de amar, pero te vaciarás y tendrás que llenarte desde el exterior a través del encomio y alabanza, es decir, el que la gente te aplauda. No obstante, pronto darás cuenta que este “amor” es limitado y condicional. Con el tiempo minarán tus fuerzas y experimentarás el deseo de claudicar. Advertirás que el dicho “el amor se paga con amor” no tiene sentido para tu propia experiencia, a pesar de tus grandes y loables esfuerzos de amar a los otros. Lo que ha sucedido es que has extendido tu amor en un acto divisorio, “yo aquí y tú allá”, pero no te has entregado junto a él, “tú y yo juntos aquí y allá”. Son dos cosas muy distintas la una de la otra, aunque a veces muy embarulladas para quienes no distinguen el amor del Amor. ¿Ya lo entendiste?  

 

        El año 2021 tiene reservado grandes cosas para todos nosotros en la medida que nos detengamos a verlas y experimentarlas. Todas ellas son las cosas bellas que Dios nos ofrece cada día y que representan todo lo suficiente para desbordarse de alegría y regocijo. Desprenderse del gran amor exige, en primera instancia, dejarlo gravitar en nosotros mismos. Una vez que le permitimos la entrada al amor verdadero, Él nos dará una renovación constante para nunca quedarnos vacíos y siempre tener la disponibilidad de amar al prójimo, y ello sólo es posible únicamente bajo la presencia grandiosa de Jesucristo nuestro Señor en nuestros corazones.

 

        Ahora y desde este momento que planifiques tu andar para el año 2021, no olvides colocar a Dios en medio de cada una de las cosas que te propones realizar. Cuando esto sea un hecho en tu vida y en tu corazón, las metas y proyectos tuyos vendrán por añadidura. La satisfacción y alegría inundarán el rostro de Cristo reflejado en el otro, el más necesitado. Eso permanecerá por siempre, desde el amanecer hasta el siguiente amanecer, sin ocaso. Tu corazón se vaciará para llenarse continuamente y en renovación permanente. Nunca más será aquel corazón, que aunque “lleno”, siempre vacío debido a la gran ausencia del amor verdadero en su seno.

        La bendición de mi Dios para todos ustedes y sus familias en este año 2021 son los deseos de mi familia y su humilde servidor en Cristo Jesús.

Manuel Paredes