domingo, 7 de septiembre de 2014

CADA DÍA ES DE DIOS Y PARA DIOS



    Hoy no es un día cualquiera. Es en verdad una jornada muy importante no solo para para vivir y gozar de las cosas que recibimos, sino también un tiempo para extender nuestras alas a otras personas en lugares insospechados propagando el bien, amándolos con palabras de comprensión y cariño, y con hechos sensatos que les alegren el corazón. Hay tanta gente vagando por las avenidas sentimentales del mundo verdaderamente necesitados del amor incondicional, y otros tantos que pueblan remotos recovecos recluidos en sus propias aprensiones, tabúes y toda la serie de cadenas impuestas al espíritu desde que tienen memoria. Como podrás notar, el día es muy corto para una misión tan larga, y no podemos ni debemos desaprovechar un solo minuto para darnos al prójimo. Si por el contrario, este día es para ti uno cualquiera, y aun teniendo el don de amar al otro en necesidad te niegas la maravillosa oportunidad de crecer en espíritu ofreciéndote en cuerpo y alma al oprimido, entonces serás un vagamundo en tierra de nadie y sin propósito alguno, y este día se convertirá en una jornada más en tu vida crepuscular.    

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