Hoy no es un día cualquiera. Es en verdad
una jornada muy importante no solo para para vivir y gozar de las cosas que
recibimos, sino también un tiempo para extender nuestras alas a otras personas
en lugares insospechados propagando el bien, amándolos con palabras de
comprensión y cariño, y con hechos sensatos que les alegren el corazón. Hay
tanta gente vagando por las avenidas sentimentales del mundo verdaderamente
necesitados del amor incondicional, y otros tantos que pueblan remotos recovecos
recluidos en sus propias aprensiones, tabúes y toda la serie de cadenas impuestas
al espíritu desde que tienen memoria. Como podrás notar, el día es muy corto
para una misión tan larga, y no podemos ni debemos desaprovechar un solo minuto
para darnos al prójimo. Si por el contrario, este día es para ti uno
cualquiera, y aun teniendo el don de amar al otro en necesidad te niegas la
maravillosa oportunidad de crecer en espíritu ofreciéndote en cuerpo y alma al
oprimido, entonces serás un vagamundo en tierra de nadie y sin propósito alguno,
y este día se convertirá en una jornada más en tu vida crepuscular.
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