miércoles, 21 de mayo de 2014

PARA QUE MI HIJO NO SUFRA

    LO QUE DEBO CAMBIAR COMO PAPÁ

 
    Tu despertar no es precisamente uno de aquellos en los que la mente se ha despejado, sino mas bien uno de los eventos en los que, precisamente por ser padre de familia, te mantienen ocupado desde la vigilia, hasta la hora que  duermes, y en los que el buen sueño, cuando te llega por alguna bendita razón, se convierte en un bálsamo para renovar tus fuerzas y deseos. Hoy, justamente has despertado un tanto preocupado por tus hijos, en el qué comerán, que si sus notas escolares han mejorado o no, aturdido por aquello de sus amigos problemáticos que el mismo ha escogido, sus desencuentros amorosos, la tentación diaria al peligro, los actos temerarios propios de la juventud, la amenaza real que se vive en la actualidad con tanta violencia en las calles, y una infinidad de cosas que hace que tus sueños sean tan superficiales como intermitentes, y cuando despiertas como el día de hoy, que es  precisamente de lo que te estoy hablando, en verdad te encuentras más cansado que cuando te fuíste a la cama anoche. Amén de los problemas económicos que te han rebasado últimamente, y que ya no te alcanza el dinero para lo que ellos necesitan. De hecho, ya has renunciado a los gustos personales por satisfacer los de tus hijos, que son muchos y, algunas veces, bastantes costosos. El celular de moda, la tableta electrónica, el dispositivo para escuchar música, la computadora de precio prohibitivo, y que sin embargo ahí  estás tú para cumplir con cada cosa que sale al mercado. Es probable que hayas cometido el error que hoy en día muchos padres de familia cometemos, por el simple hecho de que no deseamos que sufran nuestros hijos lo que nosotros experimentamos en la juventud. Si reconoces ese error, entonces, para revertir tu situación, debes ofrecerte un cambio que alimente la mejor actitud fente a tus hijos, porque ellos no querrán cambiar, de hecho lucharán con todo para contrarestar cada esfuerzo que hagas, paradójicamente, por su bienestar, por una economía familiar más sana, y por un ambiente de comunicación y diálogo efectivo en el hogar. Suena fácil, pero el trabajo es duro y de cada día. Así como te ha llevado una vida criar del modo como lo has hecho con tus hijos, entonces debes estar conciente que otra vida más te llevara cambiarlos. Simplemente no desistas. Si lo haces, una segunda oportunidad será más complicada y penosa. Si logras vencer tus propios obstáculos que habitan en tu mente, y no caes en la tentación de darles todo de nueva cuenta, entonces tus hijos te lo agradecerán, no de momento, de hecho pudieran “odiarte”, pero ese agradecimiento lo harán más adelante y será de por vida, te lo puedo jurar, de por vida  “lifetime”  “forever”

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