Sunday, May 15, 2011

EN EL DIA DE MI MUERTE





La muerte me llegó por sorpresa en un momento de mi vida en que yo no la esperaba.

Advertí que mi cuerpo flaqueaba hasta que se desvaneció y mi mente se oscureció.

No supe de mi por un tiempo que no preciso. Después de ello, mi conciencia reapareció.

Al principio todo me daba vueltas, hasta que una paz indescriptible se apoderó de mi ser.

En seguida, una luz hermosa y fragante me envolvió. La sensación que producía en mí  era maravillosa.

Aquel lugar me pareció algo cercano a la Gloria, y no quería alejarme de ella.

Alrededor de mi cuerpo estaba un equipo de doctores y enfermeras tratando de revivirme.

Sentí mucho miedo, no quería volver, no quería sufrir. Aquel cuerpo mío parecía una filtrapa.

Me volví a la luz y un gozo enorme cubrió mi ser. Avizoré un camino bello, magnificente del cual no deseaba regresar.

Luego, mi alma comenzó a ascender al cielo, lugar en donde yace y se llena de gozo.

Me encuentro en el lugar donde debo esperar para el juicio final, a la espera de rendir cuentas a DIOS.




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