A LA MUJER QUE SE
AMA, SIN PROMESA ALGUNA, SE LE ENTREGA TODO EN TIEMPO REAL, PRESENTE, PASADO Y
FUTURO
Cuando sinceramente
quieres a una mujer debes luchar con todas tus fuerzas, pues ello es el alimento
espiritual que motiva el crecimiento del corazón en una relación de verdadero
amor, y jamás debes renunciar a esa dulzura de afección que hace vibrar las
fibras profundas de tu ser. Amar profundamente a una dama conlleva ofrecer el
corazón alejado de los preámbulos y sin condiciones ni cortapisas. Y ese amor
verdadero nunca perece, antes bien se intensifíca y ninguna rutina logra
cubrirla con su manto de tedio y muermo.
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