UN MAR DE DESOLACIÓN
En verdad, triste realidad la tuya que ha
dejado tras de sí un mar de desolación, y todo por tu maldito orgullo revestido
con paredes de acero, inamovible e inmutable. Triste realidad que nos heredas
por la insensatez e insolencia que te ha distinguido desde siempre. Me pregunto
cómo es que hasta ahora he dado cuenta de ello después de tantos años de
convivencia mutua, pero siempre habrá un mañana para el optimista y
benevolente, y no un pasado lleno de amargura y tristeza para el pesimista e
intolerante. Reitero el amor que te tengo, pero no a costa de mi felicidad.
Sabré vencer el infortunio no obstante las arremetidas del oprobio. Estaré
allí, si que lo haré, pero ahora será por mi y tú estarás más lejos que nunca
aunque estés de mi lado o al costado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario