¿Temor a lo desconocido? Seguramente te sientes insegura, atemorizada,
un tanto perpleja, tal vez disonante por lo que pudiera suceder después de que
ocurra lo que tienes, necesariamente o no, programado en tu vida. Quizá es la
formalización de un nuevo amor que arriba a tu corazón; probablemente te
encuentres en un estado de desamparo, de fragilidad ante lo que consideras “una
eventualidad” en tu vida, la falta de certeza por el futuro que te parece
incierto por alguna razón que solo tú sabes. Probablemente encaras un contrato
del cual no sabes como funcionará, si para bien o para mal. Tal vez el
casamiento de algunos de tus hijos te trae de cabeza porque no estás muy de
acuerdo en la chica que se encontró para formalizar su vida, para independizarte.
Pudieras estar ahora mismo haciéndole frente a
una operación medica futura, que desde que el doctor te avisó de ello te
ha vuelto loca por la falta de certeza respecto de lo que podría ocurrir. Has
pensado en todo, hasta en la posibilidad de no despertar de la cirugía, y eso
te aterra por lo que pudiera ocurrirles después a tus hijos, si Dios decide
llevarte a su terruño. Has pensado en todo, absolutamente en todo, pero muy
poco le has dejado saber al Señor de tus preocupaciones. Has tratado hasta el último
detalle de tu vida y de cada cosa que pudiese pasar, como siempre dejándolo todo
a tus posibilidades, además de limitadas, ampliamente exiguas. Eventualmente te
entregas en oración, pero la duda persiste y el temor te gana. No te aflijas
por ello, pues es algo normal a cada persona en una situación tal, y sumado al
estrés de cada día pues cualquier cosa errada hacemos, y eso sin darnos cuenta.
Pero debes mantener la calma y entregarle a Cristo Jesús todo tu ser, la
totalidad d tus miedos y preocupaciones. Nada malo ocurrirá ante su Divina
presencia. Ora al mil por ciento desde ahora hasta la firma de ese contrato, o
la formalización de ese amor, o bien hazlo desde ahora hasta el día de tu
operación a cargo del medico de tu confianza, para que Él lo asuma todo y se
haga cargo de cada cosa. Bajo la fe grande de ti, todo vendrá tal cual lo hayas
pedido con verdadero amor, y Cristo Jesús estará allí con su gran misericordia
para cuidarte y protegerte. Y cuando pase todo y vuelvas en si, notarás aún más
lo grandioso que es la vida, y tu corazón salpicará de amor a los que te
rodean. La grandeza de Dios se te colará hasta por los poros de tu piel, y ésta
grata oportunidad de volver a vivir te convertirá en testimonio viviente del
poder divino. Así que no temas; solo entregate a Dios y espera con paciencia
conforme a sus perfectos y divinos planes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario