Friday, March 13, 2015

DEBILIDADES HUMANAS


 
     Nadie sabe en profundidad, excepto Dios, hasta dónde pueden abarcar, por un lado, el exacerbado egoísmo, y por el otro lado, la altura que el falso orgullo logra puntear, y además, como tercer bastión de la pérfida personalidad, la aguda y apasionada simulación que una persona puede reunir. Por supuesto, nadie se mira en este espejo, ni seguramente nadie desearía ser catalogado en esta malsana categoría. Sin embargo, todos y cada uno de nosotros poseemos un tanto de egoísmo, orgullo e hipocresía. La diferencia está en cuánto de aquellos albergamos en nuestro corazón, y qué tanto de estos elementos nos rebasan en nuestras vidas. Ciertamente solo Dios lo sabe, pero es inevitable que cuando las características mencionadas se vuelven predominantes en una persona, sencillamente no se necesita ser un avezado observador para darse cuenta cuando una persona se derrama de bajeza e infamia. Lo único cierto en todo esto es que solo Dios puede cambiar a una persona afectada por un excesivo egoísmo, un orgullo que llega a las nubes , y un adulterado y desleal corazón.   

No comments:

Post a Comment