Dejar que el día transcurra sin las complicaciones del alma en vilo, sin las
premuras del tiempo que siempre apremia, sin el delicado e inquisitivo espíritu
de perfección; hermoso amanecer provocativo a los desnudos ojos que parecen
brillar con la belleza del orto, regalo de la naturaleza que arranca suspiros
bajo un corazón que se llena tan solo al advertir que un nuevo día le ha
amanecido. Déjate ser en esa alborada llena de magia y colores brillantes; y déjate
llevar por la marejada de tus impulsos para disfrutar cuando despunta el día,
bello regalo de Dios a tus sentidos, a tu espíritu que quiere vivir y gozarse
de las obras maravillas que ha realizado para ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario