Monday, February 16, 2015

EL VALOR DE CAMBIAR



    Cada día es un motivo de acción de gracias por cada cosa que el creador nos ofrece sin mirar si lo merecemos o no. Simplemente es una forma de observar y analizar las cosas que discurren en el día a día, y que de pronto las sentimos como propias, y de paso nos sentimos como merecedores de ellas. Pero ¿hasta qué punto eso es cierto a sabiendas que no tenemos nada que ofrecer al prójimo, excepto indiferencia, rencores y resentimientos? Ahora déjame preguntarte cara a cara y mirándote a tus ojos:  ¿Actualmente es tu vida un caos que no reconoces ante los demás? Tal vez eres infeliz por más esfuerzos que haces para evitarlo y por más que quieras aparentar lo contrario, y bien sabes el mal que esparces a los demás, curiosamente entre los seres, supuestamente, más queridos de tu entorno familiar. Tu podrás preguntarte, "pues que comió este que sabe lo que llevo dentro de mi corazón", pero ningún secreto existe cuando se trata de un asunto que se repite en muchísimas personas en todas partes del planeta. Los sentimientos que te opacan, que oprimen tu existencia y que carcomen las posibilidades de lograr la felicidad que anhelas, son intrusos a los que muchas veces consientes por un orgullo que va más allá de tus fuerzas. El colmo de la maldad es cuando queda justificada apelando a bajos y pobres sentimientos. Si levantas tu vista al cielo que se te ofrece cada día que amaneces y lo comparas con el infierno que llevas dentro, te darás cuenta de todas las cosas bellas que te estás perdiendo, y todo por tu propia y desatinada decisión, porque tú mismo le das la concesión a un mal sentimiento para que dirija y controle tu vida, sin embargo, también tienes ante ti la gran oportunidad de reivindicarte. Ese resentimiento puede ser aplastado; ese rencor debes ser expulsado de tu corazón, y esa indiferencia (por cierto, indiferencia más falsa que un barranco en una lluvia torrencial) debe ser convertida en atención, ternura, gentileza y bondad hacia la o las personas en cuestión. Hoy es un día de lucha, una verdadera pelea contra el mal para que seas feliz contigo misma y con los demás, y ya dejes de repartir males por doquier y de inyectar veneno a los seres que amas y aún a otros a tu alrededor. Decide hacerlo hoy, abre el corazón con valentía y seguramente Dios estará allí para transformarte.

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