Derruída interiormente, pero exteriormente edificada con aparente
fortaleza. Poseída por un mar de deseos convulsos, no obstante ataviada con un
blanco inmaculado. Vacía en proyectos proactivos para sí y para los demás, sin
embargo barnizada de fraternal industriosidad. La perplejidad inunda su
conciencia y le provoca en forma instantánea un impulso de condescender a
gustos y deseos que, a menudo, el otro instala en su esquema personal. Intenta
escapar de este dominio, pero sus fuerzas son exiguas. Se deja llevar por ese
mar de pulsiones que le controlan su vida en una entrega absoluta y reiterada,
en un ciclo repetido que proyecta una vida distinta de lo que otros ven. Pasiones
y desencuentros se sucitan por un tiempo, después el amor se asoma desde muy
lejos, y la posibilidad de volver a la vida se torna una obsesión para sus
sentidos, abre la real posibilidad de llenar ese corazón de desérticas
cavidades, ese corazón vaciado de potencialidades, sonsacado por instintos que
pululan el espíritu. Es ahora que siente un mayor deseo de revertir su vida, no
obstante la presión en dirección contraria a la que está sometida. Se aprueba
un cambio y la belleza interior deja ver sus huellas. En ese vaivén de sus propias
decisiones y las fuerzas que le oprimen, la mitad de su rostro adquiere una
claridad de hermosas tonalidades, de generosas beldades expuestas. La otra
mitad se desliza subrepticiamente, pero reaparece en todo su esplendor durante
la noche, y la lobreguez deja ver su mostruosidad. El día a día es como la
noche y la claridad, lo oculto y lo transparente , y todo en aparente balance
pero en escencia una realidad bastante inicua. Si, bastante destrozada por
dentro, pero con un vehemente deseo de ser con todas las potencialidades que,
de pronto, han resultado veladas por la flaqueza de la carne. Si, socavada en
la carne, pero con una vida en espíritu de holgura infinita que solo espera el
momento de la decisión final. Si, con un historial despreciable, pero con el
perdón y la gracia de Dios Padre que borra de toda mancha, y que descarga de todo
peso a su corazón.
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