Disminuída
en tus aspiraciones, sumida en tus sentimientos, absorta en tus pensamientos y
ahogada en tus quebrantos amorosos, porque por su desdén has ganado la
desdicha, por su incomprensión te has quedado con una gran desilución, y por su egoísmo
ahora solo reflejas frustación
Vives
bajo la sombra del que algún día te prometió la dicha del amor. Solo ves lo que
él te permite ver, y solamente te es dable pensar lo que él mismo te induce bajo su
potente fuerza que te reduce a la sumisión total
Ilusionas
en silencio, añoras en tus sueños, pero en su presencia te arropas impotente y
endeble bajo su sombra; luces frágil y como llorando en silencio absoluto
Cobijada
en su penumbra dejas de ser, renuncias a tus expectativas y poco queda de tu
esencia convirtiéndote en el receptáculo de sus complejos y traumas, de su
pequeñez interior y de su holgada cobardía
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