domingo, 24 de marzo de 2013

CUANDO LE ABRES EL CORAZÓN A DIOS

LO QUE LE TIENES RESERVADO A DIOS EN ESTE DÍA

        


    Hoy amanecí pensando en lo que Dios me tendría para este día en particular.Trasnoché reflexionando mucho sobre la embarazosa situación de mi resquebrajado matrimonio,y en ese desvelo coloqué en orden mis pensamientos e ideas acerca de mi realidad tanto personal como conyugal.Pensé que estaba  a tiempo de resolver un problema que de no procurarlo me traería muchísimos más dolores de cabeza,y en ese pensamiento traté de encontrar las maneras de solucionarlo.Recostada aún y con las sábanas adheridas a mi cuerpo le ví como su sueño resultaba tan apacible,manso y sosegado,tanto así que me pareció estar durmiendo con una persona distinta,pues todo lo contrario eran sus actitudes en sus cinco sentidos.No pude resistir la tentación de abrazarlo y de acariciarle con dulzura su rostro.Después de todo ese hombre postrado en el mismo sitio junto a mi era mi esposo,y pese a todo lo amaba intensamente.Permaneció dormido no obstante haberle estado punteando sus labios con el dedo índice,como quien le arranca una bella melodia a las cuerdas de una guitarra.La claridad del día se notaba a través de la clara persiana sobre la amplia ventana de mi dormitorio,y ello era la señal de incorporse para alborear el día,sin embargo los fines de semana solía levantarme más tarde de lo habitual,mas aún ese sábado fue una escepción.Pero a pesar de mi desvelo,que de paso vale decirlo me pareció eterno,el sueño se me había disipado.Al verme al espejo despojada de toda cobertura advertí la hinchazón en mis ojos.No recuerdo haber llorado tanto,pero quizás mi llanto interior,el llanto del alma también estaba dejando sus estragos sobre mi persona.Más allá de mis desproporcionados rasgos  faciales y de la permanente mirada de tristeza que se instaló en mis ojos desde que mi matrimonio dejó de funcionar para hacerme feliz junto a mi esposo,mi mirada traspasó la deplorable imagen que se proyectaba en el espejo y me interné por unos instantes en las cavidades de mi corazón.Al hacerlo,advertí con claridad que Él estaba frente a mi con una mirada de ternura y compasión,me subyugó su actitud y caí de rodillas y,al sucederme esto me extendió su mano sin dejar de mirarme a los ojos.Levanté mi diestra para estrecharle y en ese instante me susurró al oído lo siguiente: “Todo estará bien.Y recuerda que siempre estoy a tu lado para consolarte.Solo abre el corazón e invitame a entrar.Estaré muy feliz de compartir contigo el amor que te tengo.Te amo”  Conmovida por aquel suceso no pude incorporarme,antes bien me desplomé en el suelo de mi dormitorio y no supe de mi hasta que volví a mi estado de vigilia.Al despertar de lo anterior una sonrisa se dibujó sobre mi,y mis ojos recobraron la luz que había desaparecido hace tanto tiempo.Mi corazón comenzó a palpitar con emoción y una gran alegría invadió todo mi ser.Esto tan maravilloso era lo que Dios tenía destinado para mi en este momento,y hoy por hoy es el día más hermoso de mi vida.Ahora mi rostro me parecía maravilloso,excelso y bello no obstante sus imperfecciones.Volví la mirada al lecho conyugal y mi esposo aún dormía.Me acerqué,le tomé la mano y le dije al oído “Dios te ama tanto como a mi,y desea que seamos muy felices en nuestro matrimonio.Que Dios nos bendiga en esta travesía” No pareció despertar de su letargo,no obstante al yo expresar aquellas palabras de aliento una sonrisa se le dibujó en sus labios y eso bastó para saber que mi Dios me estaba asistiendo;advertí que su bendita mano comenzaba por obrar en mi relación matrimonial.Lo supe desde el primer instante en que me le abrí las puertas de mi corazón.
    Y a ti ¿que te tiene Dios para el día de hoy? Quizás la pregunta deba de formularse de forma distinta,¿que le tienes al Señor para que Él comienze por transformar tu apesadumbrada vida?

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