AMAR CON ENTREGA Y PASIÓN
Dios creo y nos dio la vida para
amarnos con integridad y respeto. Nos cubrió con un corazón de carne para
dotarlo de los más bellos sentimientos y entregarlos con amor a los otros con
decoro y dignidad. Por eso, y por mucho más, debemos amar con pasión a los
demás sin aquel temor prejuiciado de que nuestro corazón quedará destrozado y
vacío ante una desavenencia. Nada más falso que esta aseveración fatalista porque
cuando el amor brota de tu corazón es profundamente sincero y puro y nadie se
resiste a su belleza y ternura, pues la fuente de ese amor es la enseñanza del
Dios creador. Asi que ama, pero ama al prójimo con la misma pasión con la que
amas a tus propios hijos, esposa, esposo, padre o madre, etc. Aunque siempre habrá
más de un pelo en la sopa debido a nuestra calidad de seres humanos, ama
vehementemente y con la fuerza que el buen espíritu te ofrece; ese amor jamás se
acabará porque el amor con amor se paga y nunca se apaga.
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