Dáles ese abrazo de amor a tus hijos
cada día de sus vidas mientras los tengas contigo. Exprésales ese afecto que
contienes en tu corazón, y no escatimes en cariños, besos y caricias de amor y
comprensión de parte tuya, ya seas papá o mamá. Te aseguro que ellos se irán a
sus labores felices y con una sonrisa radiante para los demás. Reflejarán el
amor que les profeses en todo el radio de acción en que se desenvuelvan, y
seguramente le harán el día a muchos a su alrededor, tal cual como tú se los haces a ellos. Haz eso hoy, haced eso el día
de mañana y realízalo cada día de tu vida mientras tengas el privilegio de que estén
a tu lado. Muy pronto advertirás que los conflictos y diferencias con tus hijos
se atenuarán, la vida en familia tendrá mayor prospectiva y los momentos de felicidad
y dicha serán mayores. Además de todo, tus hijos se convertirán en mejores
personas, en seres más confiables y con mayor seguridad en sí mismos. ¡Y mira que fácil! tan solo
abrazándolos, besándolos y diciéndoles lo tanto que los amas. ¡Maravilloso
Remedio!
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