Derruída interiormente, pero exteriormente edificada con aparente
fortaleza. Poseída por un mar de deseos convulsos, no obstante ataviada con un
blanco inmaculado. Vacía en proyectos proactivos para sí y para los demás, sin
embargo barnizada de fraternal industriosidad. La perplejidad inunda su
conciencia y le provoca en forma instantánea un impulso de condescender a
gustos y deseos que, a menudo, el otro instala en su esquema personal. Intenta
escapar de este dominio, pero sus fuerzas son exiguas. Se deja llevar por ese
mar de pulsiones que le controlan su vida en una entrega absoluta y reiterada,
en un ciclo repetido que proyecta una vida distinta de lo que otros ven. Pasiones
y desencuentros se sucitan por un tiempo, después el amor se asoma desde muy
lejos, y la posibilidad de volver a la vida se torna una obsesión para sus
sentidos, abre la real posibilidad de llenar ese corazón de desérticas
cavidades, ese corazón vaciado de potencialidades, sonsacado por instintos que
pululan el espíritu. Es ahora que siente un mayor deseo de revertir su vida, no
obstante la presión en dirección contraria a la que está sometida. Se aprueba
un cambio y la belleza interior deja ver sus huellas. En ese vaivén de sus propias
decisiones y las fuerzas que le oprimen, la mitad de su rostro adquiere una
claridad de hermosas tonalidades, de generosas beldades expuestas. La otra
mitad se desliza subrepticiamente, pero reaparece en todo su esplendor durante
la noche, y la lobreguez deja ver su mostruosidad. El día a día es como la
noche y la claridad, lo oculto y lo transparente , y todo en aparente balance
pero en escencia una realidad bastante inicua. Si, bastante destrozada por
dentro, pero con un vehemente deseo de ser con todas las potencialidades que,
de pronto, han resultado veladas por la flaqueza de la carne. Si, socavada en
la carne, pero con una vida en espíritu de holgura infinita que solo espera el
momento de la decisión final. Si, con un historial despreciable, pero con el
perdón y la gracia de Dios Padre que borra de toda mancha, y que descarga de todo
peso a su corazón.
domingo, 26 de octubre de 2014
miércoles, 22 de octubre de 2014
CUANDO LA MUERTE NOS SORPRENDA
Si algún día llegáses a cumplir todos esos
sueños y metas que has fijado en tu mente y en tu corazón, relativamente podrás
morir tranquilo y en paz justiciera. No habrá ocaso, solo las buenas intenciones
cumplidas y la satisfacción de haber hecho lo mejor por ti y por los otros. De
modo contrario, es decir, si tus propósitos en la vida, por razones que solo tú
identificas, nunca fueron satisfechos íntegramente, cuando la muerte toque a tu
puerta la mente se te obnubilará y el corazón te salpicará de dolor y angustia.
Tendrás que morir, pero la muerte misma
será una batalla completa contra tí mismo, contra tus frustaciones y fracasos,
y contra lo que pudiste ser y hacer pero que nunca te decidiste por tus
indecisiones y cobardías. No importa la edad que poseas, el ocaso será tu
propia realidad, lo que significa que, incluso hoy mismo, podrías estar
viviendo tu otoño o invierno en el pleno verano de tu edad cronológica. Las
impresiciones en la vida tienen su precio, y todas se revelan justo ahí, cuando
la muerte arriba. El tiempo de rectificar es hoy, el tiempo que Dios te da es
hoy, así que puedes controlar y revertir tu propia vida porque el presente te pertenece.
El mañana es algo que no es tuyo, por lo tanto no lo puedes controlar porque ni
siquiera sabes si vendrá.
domingo, 19 de octubre de 2014
BUSCANDO UN NUEVO ROSTRO
Solo una parte de ti alcanzas a ver en
el espejo de tu espíritu. La otra, es la que otros miran con ojos de censura o
admiración. El todo te resulta en una apreciación vaga, imprecisa y hasta
discontinua de ese ser que portas y que es tan preciado en su escencia, no
obstante escindido por aquellas banalidades del mundo exterior y los propios
fantasmas que subyacen en tu mundo interior. Dejas de ser por entero para
convertirte en alguién cortado en mil pedazos, de múltiples formas y
apariencias, y con variadas adaptaciones cinésicas y corporales, en una suerte de acomodo a cada
exigencia de un mundo que oscila en un vaivén de caprichos superfluos. Una
mirada de aliento, una brisa que roza tu mejilla, el canto de una ave que se
posa en el enramaje de tu desventura, más la inexistencia que por si misma te
persigue con intenciones de envolverte en el olvido pretendiendo anular tu ser,
desaparecerte de la trama existencial, fundirte en el submundo de las almas
masificadas, de aquellas que han perdido su proceso de evolución quedando
cosificadas como piedras inmutables y de corazones anquilosados a merced de la
ignominia. Todo ello llevaría al holocausto de tu ser, si cuando esa mirada
cosquilleante, la brisa maravillosa sobre tu faz y ese canto poético que se
instala en tu corazón no tuviesen el efecto de asombrarte y atraer el espíritu de
amor que llevas muy dentro de ti. Volver a construirte por dentro, y si fuese
necesario desbaratarte para volver armar el rompecabezas de tu ser, una vida
tendrías para entretejerte y reestructurarte, una vida de pasión y gozo, y los
remanentes de iniquidad y vileza, y de toda espuria proyectada por efecto a una
intrascendente exigencia del contexto, serían cosa del pasado, de ese ayer tan
tuyo, pero tan rancio y estropeado, no obstante tan necesario para convertirte
en el nuevo ser que muy al fondo de ti deseas de todo corazón.
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