viernes, 27 de junio de 2014

EL ENCANTO NATURAL, BELLEZA PERENNE



    Existen muchas cosas en las mujeres que gustan a los hombres, y hay algunas que responden a la cultura, raza o civilización y que tiene poca o ninguna función cuando son expuestos en contextos distintos. Sin embargo, existe una característica en ellas, me refiero a las damas, que suele estar presente en cada grupo cultural, raza o país, y en la cual muchos hombres le encuentran una verdadera admiración y, por sobre todas las cosas, un placer enorme cuando una de esas mujeres arriba a sus vidas, y con lo cual se acarrean las consabidas señales de enamoramiento y una eventual formalización de la relación. La característica a la que me refiero la llamo “encanto natural”. Tal vez imaginaste un buen cuerpo, una cara de ensueño, quizá pensaste en unos ojos bellos o en un cabello hermoso ondeando una linda sonrisa. Pero el encanto es algo distinto, y no compite con los atributos físicos, mas por el contrario, si las acentuadas peculiaridades en los cuerpos de algunas mujeres están presentes junto al encanto natural, pues entonces se compaginan bien, pero no es estrictamente necesaria la prescencia de aquellas, dado que el encanto natural brilla por sí solo, perdura, mientras que lo demás acaba después de un tiempo. Pero entonces, a que se refiere el concepto de encanto femenino. Basicamente el encanto es un todo bajo el cual se abriga la autenticidad. Si hay algo en una mujer que agrade a un varón es precisamente que ella sea auténtica, sin dobleces ni falsedades, sin pretendidas  atribuciones ni personalidades ajenas. El ser auténtica te define por siempre, mientras que cuando simulas y adulteras, tu definición será por un tiempo hasta que seas descubierta por alguien más, y eventualmente por tí misma, y seguramente estarás cambiando de actitudes, de forma de ser, y otras cosas importantes de acuerdo a las circusntancias y a las personas con las que interactúas. Justo cuando recién comienza el drama y la actuación, acaba el encanto de mujer falsa, y aunque muchos incautos se dejen llevar por ella, la desilusión vendrá cuando la obra termine. Pero el encanto natural de la legitimidad dura por siempre, engalanando tu figura, tu personalidad y cada paso que das en la vida. Además, el sello de autenticidad garantiza la seguridad de quién estamos hablando es una persona fiable, constante, sin máscaras porque no hay nada que ocultar. De hecho, con la autenticidad tienes la necesidad de mostrarte al mundo con dulzura propia que fluye en tu interior en forma natural hacia el mundo que te rodea. Una mujer se legitimiza de acuerdo a su conducta en el tiempo, por el respeto a sus propios valores morales y congruencia en el desenvolvimiento social. Ahora te preguntarás por qué la suerte de la fea la bonita la desea. En verdad que no requieres de un cuerpo formidable, ni tampoco de una cabellera dorada, ni de unos ojos azules turqueza o verdes olivo, ni creo que necesites de unas facciones hermosas, ni mucho menos de un mundo de polvos y pinturas en tu cara para hacer sentir en un hombre cosquillas en su vientre o sonidos de campanas de iglesia en su oído interior. Pues claro, la belleza exterior siempre es un atractivo a la vista, pero solo eso, un atractivo. Lo que verdaderamente engancha para siempre a un hombre es un corazón limpio, sincero, legítimo y auténtico. Lo demás son solo adornos, aunque muchos se abruman al apreciarlos, tomando decisiones tan serias tan solo porque ven a una chica estéticamente hermosa. En el peor de los casos, y debes creer que la banalidad no tiene límites, hasta se comprometen en matrimonio tan solo por un buen cuerpo y una linda cara, lo cual, por supuesto, no garantiza que las cosas irán bien. Mujer, mejor preocúpate por tu ser interior, comienza por amarte a tí misma y busca la congruencia entre lo que eres y lo que muestras al mundo. Haz a un lado lo que te perjudica en este aspecto, es decir, aquello que te invita a mentir y  desear ser otra que no eres y que ni siquiera te pareces un céntimo. Tal vez te lleve un siglo, pero es mejor estar en pie de lucha incesante buscando tu autenticidad, que seguir siendo una mentira de pies a cabeza, sin rumbo fijo ni claridad en tus metas amorosas.    

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