Wednesday, March 7, 2012

DESTRUIR O CONSTRUIR

        La persona que logra penetrar en el corazón de otro ser,tiene antes sus manos el poder de construir o destruir,según lo que su propio espíritu le encomiende.Este privilegio trasciende positivamente  cuando tanto el portador de ese corazón, como el que se infiltra en él,promueven mutuamente la armonía del amor y del deseo de ofrecerse ampliamente sin los pormenores de las cortapisas personales,de los prejuicios culturales y de otros demonios circundantes que ciñen nuestros deseos y buenas intencionesNo obstante,existe siempre la posibilidad de generar un sentimiento de contextura distinta y, de hecho, hasta opuesta al amor.La existencia del opuesto,del sentimiento que degrada tanto al portador como al destinatario,y que como una fuerza con vida plena que la ignominía provoca y alimenta,no cesa de inquietar al de corazón manso.Asi,el amor y el odio,están presentes como dos fuerzas paralelas en las posibilidades,en las opciones a elegir;como dos avanzadas que se miran frente a frente pero que nunca se cruzan,desafiándose,ostentando cada cual su naturaleza sobrenatural.El Onmipresente y Omnisapiente Todopoderoso  provee con lo que necesario para el resguardo del honor y la preserva del amor.Del corazón alineado a sus preceptos divinos,salen las palabras de aliento y de consuelo para el afligído;de ahí las benevolencias,bondades y las indulgencias.Sin ese fuero de amor inconmesurable,deviene la maldad y la destrucción,y la generación de un espíritu que desalienta,maldice y corroe hasta lo inexpugnable de los corazones buenos.

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