“Noche tras noche, bajo el péndulo cuadrático, rutinario e inflexible del
sexo sin amor, esa mujer sin nombre esconde sus más íntimos sentimientos para
pasar inadvertida, insufrible y hasta desdeñosa en el acto pleno del sexo
desprovisto de corazón. De pronto un espejo, una mirada le arranca de sí un escrúpulo que
le aturde sus sentidos amenzando adentrarse en su conciencia. Una vuelta
repentina resulta suficiente para esquivar el potente desafío. El hombre en
turno se acerca y la conciencia femenina se cierra para dar paso a la
indeseable, la desconocida, el caparazón necesario para esconder lo abyecto de
una doble y diametral vida”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario