Thursday, January 16, 2014

TIPS PARA MEJORAR TU VIDA MATRIMONIAL



      Una vez te dijo que te amaba y fue suficiente para ti. Echaste a volar tu imaginación, tu mente viajó muy lejos y el deseo de amar se posesionó de tu espíritu y se arraigó en tu corazón. Si afortunadamente él te ha respondido, y lo mismo has hecho tú hasta el día de hoy, entonces eres una muer dichosa al lado de un buen hombre. Si la historia se ha distorsionado y no ha resultado lo que deseabas, entonces eres alguién que necesita urgentemente apoyo, consejo y, creo yo, mucha comprensión. Comprensión que no has recibido, y, quizás, para que negarlo, que no has sabido ofrecer. Solo déjame decirte en forma breve algunas cosas que probablemente cambien el rumbo de tu vida actual, si éste es tu caso, y también aclararte algunas posibles dudas que pudieras tener.

    1.- No renuncies al cambio en tu relación matrimonial. Siempre existe una posibilidad de cambio, no obstante lo difícil que pudiera parecer. Cualquier problema puede ser tratado en su contexto con todas las herramientas disponibles en el matrimonio. Cada relación conyugal tiene tanto cosas negativas como positivas. Y lo que se necesita es usar las positivas y alejar lo que daña la convivencia entre ambos. Más aún, los aportes individuales pueden ser de gran ayuda a la hora de determinar una consecuente buena relación amorosa y duradera en esos términos. Algunos de los cónyuges puede ser de gran escucha, mientras que el otro es más expresivo, y ambos se complementan de alguna manera. Por alguna razón llegaron a ser matrimonio, y entonces conviene destacar las cosas fuertes que los unieron en el pasado. Lo importante es nunca renunciar a los cambios radicales que son aquellos que te llevarán a la tranquilidad que necesitas.
    2.- Las consecuencias positivas o negativas en una relación conyugal son de ambos, no solo de él o de ella. Algunas parejas suelen culparse mutuamente de los errores, desavenencias y conflictos existentes en la relación. Pero no hay peor cosa que pensar que uno de los dos tiene la responsabilidad total de la situación por la que atraviesan en la vida conyugal. En todo caso, ambos son los culpables de la vida que llevan porque los dos conforman la vida matrimonial. Pero la realidad es que ambos son parte de un conflicto que se ha desarrollado a través del tiempo, muy posiblemente sin ellos darse cuenta, hasta el punto que los ha rebasado por completo. Una de las cosas que se tiene que comprender es que nadie quiere ni desea vivir en una situación problemática, por lo menos en lo que respecta a dos personas que han decidido unir sus vidas por siempre. No obstante las buenas intenciones, los problemas aparecen como por arte de magia y ambos lo sufren de manera particular y como pareja.
    3.- Sentir culpa por lo que pasa en tu relación es algo normal, pero no te dejes llevar por ella. Ésta aseveración es cierta hasta cierto punto, porque no todas las personas llegan a sentir culpa debido a que se desmarcan de las razones personales que los han llevado a la situación problemática que pudiesen estar viviendo. Las personas que experimentan culpa por los problemas matrimoniales son posiblemente las más comprometidas al cambio, aunque eso no es una prueba fehaciente de su procupación normal. Algunas veces la culpa experimentada es debido a experiencias traumáticas del pasado, actitudes modeladas en la familia de origen, etc. Pero cuando se trata de una preocupación por lo que respecta al destino del matrimonio y la calidad de vida que se lleva en él, y eso es una preocupación legítima y natural, entonces estamos apelando al sentido normal de la vida. Y no es que estemos tratando de convertirnos en los cuasantes de la mala situación que estamos pasando, sino que tenemos que mostrar cierta culpa natural acerca de lo que esta pasando, lo cual es normal. Extraño es cuando no se siente nada de responsabilidad y/o culpa. Quizás una buena dósis de ese sentimiento promueva el cambio prospectivo, lo cual redundaría en un beneficio a la realización de ajustes y cambios adaptativos en la relación matrimonial.
    4.- Los cambios son graduales y paulatinos. No esperes cambios radicales de un día a otro. Es obvio que la resolución de problemas que han crecido insidiosamente a lo largo de años de matrimonio merezcan mucho mayor atención. Los problemas en el pasado que nunca se resolvieron exitosamente  en la vida conyugal, suelen crear ramificaciones muy difícles de extirpar. La base de esos problemas se solidifica de tal suerte que los cambios no son faciles de contemplar. Muchos matrimonios han desistido a mejorar sus vidas e, incluso, han llegado a negar los problemas que se han anquilosado por todo el tiempo que ha pasado. Hay matrimonios que arrastran problemas añejos y nunca han podido resolverlos, antes bien se recrudecen cada vez que se intentan asumirlos. Ante tal circunstancia, debemos ser cautos cuando estamos intentando mejorar nustra vida matrimonial, ser pacientes y no esperar el exito inmediato. Los cambios rápidos deben ser vistos con sospecha. Los verdaderos cambios positivos en el matrimonio son graduales y consistentes, y requieren de la participación conjunta y comprometida de ambos cónyuges. De otro modo, todo seguirá igual. Nada cambiará.
    5.- El amor no es suficiente por sí solo para hacer los ajustes, pero es un elemento indispensable para continuar la relación. He escuchado decir de algunas mujeres y hombres con dificultades matrimoniales crónicos que el amor es solo es algo de su pasado, y que solo los une el costumbrismo y la inercia del vivir juntos por los tantos años que han estado el uno y el otro en un mismo espacio compartiendo otras cosas, menos el amor que algun día los unió. Ya sea que la pareja tenga pocos o muchos años de vivir juntos, lo único consistente asociados a los cambios en la vida relacional de la pareja es el amor. Eso es lo que realmente puede promover los cambios para volver a experimentar lo que sintieron alguna vez; es el amor mutuo que a menudo  consideran utópico a la luz de la experiencia matrimonial malograda; es el deseo de crecer como matrimonio de parte de ambos. Posiblemente la pareja se ama, pero si no existe la iniciativa de cambiar, ningún cambio importante operará. Los ajustes matrimoniales requieren acciones concretas y compromiso para el cambio y/o adaptación a nuevas formas de vida, nuevas expectativas y renovados deseos de vivir en pareja de forma integral. Para volver a crecer en el matrimonio, los cónyuges deben proponerse el cambio, llegar a acuerdos mutuos y dedicar el tiempo necesario a la pareja, tiempo de calidad para recuperar lo perdido. Soñar es algo válido. Soñar nunca prescribe en la vida mientras el amor esté allí.

    Imposible saber la naturaleza de cada matrimonio viviendo con dificultades en la relación, pero ante cualquier señal de réspice comunicacional se debe actuar en forma inmediata buscando el diálogo como herramienta base. El amor que alguna vez reinó, puede así mismo renacer nuevamente y con nuevos bríos. Lo importante es luchar y no dejar escapar ese espíritu de optimismo y deseo de vivir intensamente sin importar la edad que se posea, y sin importar los años de relación matrimonial afectada. Reconsidera hoy lo que tienes que cambiar en tu vida de matrimonio, promueve los cambios y busca ser una persona propositiva al buscar el diálogo con tu pareja, y comienza por encontrar el sendero que te guiará a la felicidad a lado de tu cónyuge y de tus hijos.  

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