Pensaba en la
nada envidiable situación conyugal por la que atraviesas en estos tiempos de
locura familiar. Si acaso es dable imaginar cómo sería la vida sin ese tapujo
con lo que has llenado tu apariencia ante los demás, seguramente hubieses caído
en el descrédito ante los ojos del mundo por la razón de tu insostenible
estoicidad que no justifica en nada tu abatida dignidad de mujer. Nadie ha
pretendido robar tu amor propio, ese decoro que tanto defiendes en distintas e incontables
situaciones, defensa que se vuelve un espejismo cuando él te subyuga con su
sola mirada y te postras humillada siempre a sus pies, solo que tú has
permitido que él llegue hasta donde lo ha logrado. El ultraje al que te sometes
resulta de una mezclada y maldita suerte de debilidad personal y de amor que dices sentir por esa
persona, inclusive lo atribuyes a la presencia de tus hijos según tus
propias apreciaciones. Pero nada de éste mundo ni de ningún otro justifica caer en la
deshonra matrimonial, en la opresión dentro de esa relación en la que deberías,
creo yo, estar inundada de amor y respeto, en lugar de lo que ahora justamente sufres
por decisión personal. Si es el tiempo de avanzar en la dirección deseada y ya
estas cansada de ser el juguete de tu esposo, es también decisión tuya. De ti depende
el que te mantengas en el oprimente statu quo o que interpongas una actitud proactiva de cambiar el rumbo. No es él, ni son tus hijos
y ni nada que quieras atribuírle la causa del infortunio que vives ahora. Es tu
conciencia, tu decisión personal lo que te ha llevado a tocar fondo.
jueves, 19 de septiembre de 2013
jueves, 12 de septiembre de 2013
CORAZÓN ESTOICO
TRISTE CORAZÓN
Pese a la distancia temporal, tu amor no ha
cambiado en nada por ese hombre con el que decidiste vivir libremente en
matrimonio. Mas bien, parece que al paso de los años te has enamorado mucho más
por él a pesar de los infortunios vividos a su lado. En realidad no se te llena
la boca al decir la gran cantidad de años que la han pasado juntos, de hecho te
averguenza el tanto tiempo “juntos” y el tanto aguante de tu parte, y debido a
esa felicidad a medias que experimentas desde hace mucho tiempo, del cual ya ni
te recuerdas cuantos años ha transcurrido y que te mata en forma insidiosa,
dejas de sentir al deseo de seguir viviendo. La otra cara de la moneda es la
tristeza que embarga tu corazón; y es esa cara la que debes ocultar por la
fuerte necesidad de negar a toda costa que eres inmensamente infeliz. Y arribando
al final del día, justo cuando el sol deja de brillar para dar paso a la
oscuridad de la noche, ese escenario se convierte en un convulso presagio de un
amor que se oculta en su propia necesidad de amar por la ausencia del otro que
lo complemente, que lo aprecie, que lo valide, en una palabra: que lo ame. Así,
la noche se vuelve más oscura de lo habitual, y los días son grisáceos por un
sol que se resiste a salir plenamente; días apenas salpicados por los minúsculos
recuerdos maravillosos de lo que algún día fue. En tu realidad te reprimes, de
pronto te justificas y te alías a tí misma en el lado de tus convencionalismos
sociales. Te detestas porque te muestras débil y te dejas llevar por la inercia
del costumbrismo que ha hilvanado cada hebra de tu triste corazón amordazado y
resquebrajado.
martes, 3 de septiembre de 2013
PALABRA ENCARNADA
PALABRA
ENCARNADA
Jesús
Palabra desde lo profundo de los misterios celestiales
Hacia lo más
hondo de tus entrañas mortales
Es la
Palabra encarnada, bella, paráclita y guía espiritual
Del más
grande amor ofrecido con inmenso dolor a cada mortal
Es Palabra
que se envuelve de la pasión con pundonor
La excelsa
belleza de Cristo, nuestro verdadero amor
Amor que se
arrastra del frenesí de un corazón hecho verbo
Amor que se
vacía cada vez para saciar al de corazón tierno
Es tambien
amor que se sacrifica por el de corazón cruel y severo
Insistiendo
siempre en una transformación de fuera hacía adentro
Él es
Palabra de amor promesa
Ternura
extrema, sublime entrega
Es Palabra bendición, Palabra corazón
Palabra de vida eterna e infinita de
amor
Suscribirse a:
Entradas (Atom)