Friday, January 11, 2013

CON ESCENCIA DE FRUTAS


   

TU ENSALADA DE FRUTAS FAVORITA

    La manzana resplandecía con sus radiantes y vivos colores que la revestían de gala, lo cual  no pasaba desapercibido para nadie que  se atreviése a pasar por allí con la firme intención de no mirarla. Lucía bella y hermosa entre los demás frutos  dentro de una amplia canasta que estaba colocada en el centro de la mesa del comedor,mas sin embargo cuando ella se abría y exponía su corazón, el gusto a los demás les duraba muy poco porque en un santiamén comenzaba a denotar un corazón pérfido, desleal. La aparente belleza exterior se desmonoraba en un lapso de tiempo muy corto, y los demás se desilusionaban al dar cuenta de ello. De lado de ella se encontraban un par de peras, las cuales eran de un color pálido rojizo y amarillento, y aunque adolecían de la brillantez que la manzana poseía, se notaban respetuosas y obedientes. Proyectaban un carácter  dulce y encantador. Por otro lado se encontraba una guayaba que con su color verde-amarillo y sus puntos oscuros sobre su vistosa piel, emanaba de sí un fragante olor frutal que aturdía los sentidos al menor contacto. Éstas y otras frutas descansaban en aquel canasto especialmente diseñado para albergar al concierto de delicias. Cierto día, la señora de la casa decidió cortar todas las frutas de la canasta a fin de satisfacer los paladares de los comenzales, los cuales estarían arrivando poco a poco. Le tocó el turno a la piña, la cual siempre se había reflejado con un trato ciertamente brusco, y podía percibirsele una forma de ser bastante irritable. Áspera por fuera y acidulada por dentro y de una personalidad abierta, expansiva y claridosa esta fruta siempre colocaba su sello de honor sobre la mesa con su flexibilidad bien aplicada, ya sea para los platillos fuertes, los postres, o bien como un entremés  o también como ingrediente escencial de una ensalada de sabores contrastantes. No obstante su carácter indómito, siempre se llevaba muy bien con todos y todas. Enseguida de la piña le siguió el turno al melón. Éste fruto, poco más modesto en su relación con los demás, mostraba una personalidad firme, aunque en ocasiones se distinguía por ser dulce, en otras veces se experimentaba con mucho contenido pero con poca escencia, insípido, desabrido e inexpresivo. Siempre se le notaba como el expectador, aunque de pronto se lucía en la reuniones. Seguido de este fruto soso y de poca gracia, le siguió el turno a la fresa. Ésta era de una belleza exterior y de una transparencia de carácter pocas veces visto, vivaracha y divertida  siempre dulcificaba el ambiente con sus comentarios ingenuos acerca de los temas más espinosos, y evidenciando una forma de ser aunque afable también provista de una firmeza en sus actos y decisiones. Bella por fuera y por dentro también era como se le conocía a éste ejemplar en el excéntrico mundo de los frutos. Después de la hermosa fresa el plátano se engalanaba de amarillo, un tanto encorvado pero regio y firme siempre se jactaba de ser “un mango” para los ojos de las frutas más bellas. Alto y siempre elegante, de ángulos rectos y provisto de una seguridad en si mismo era el plátano que cuando se tomaba la foto con otros y otras se advertía el garbo en contraste con la sencillez de los demás. Engreído y petulante dejaba tras de sí un aire de orgullo retorcido en su relaciones interpersonales. Lo cierto es que nunca le faltaban invitaciones a fiestas y reuniones. ¿Sería acaso por su protagonismo que siempre causaba revuelo a donde iba? Finalmente, después del turno de la manzana, las peras y la guayaba les tocó el último lugar a la sandía y al limón. La primera era de un temperamento intenso lo cual no se notaba a simple vista. Siempre exhuberante y de enormes y pronunciadas curvas, delicada al gusto, tratable y sencilla, nunca renunciable a sus propósitos, denodada y perseverante era el ejemplo vivo de la mujer entregada a sus amores; apasionada por la vida, penetrante y aguda en lo intelectual, a simple vista era el depósito de todas las cualidades positivas que se pudiesen encontrar en mujer alguna. Cuando exponía su interior ella sola se desvanecía de amor por el otro, sentimiento tan profundo que en ocasiones era razón de su martirio por alguna desilución acaecida. El limón cerró con broche de oro ésta amalgama de efectos para los sentidos. Siempre verde, a veces amarillo, de pequeñas proporciones pero de sabores grandes y fuertes ésta fragante fruta era el comodín, el que siempre encajaba mezclado con otras frutas, difícilmente resaltaba por sí solo. Claridoso y directo en sus relaciones con los demás, empero de un carácter adaptable y acomedido, siempre venía a bien acompañado de otros, raramente solo. No soportaba su soledad, por eso siempre tenía que estar en asociación con alguién más. El concierto de frutas apenas comenzaba y cada una de ellas y ellos daban de sí lo mejor tratando de ganar prescencia con sus sabores, olores, colores, formas y delicadezas al gusto. Resultaría interesante saber en que fruto te posicionas mejor, o bien si a lo mejor te identificas con  una mezcla de frutas en especial. Quizás tendrías que agregar alguno que otro fruto con todos sus atributos y características propias para entonces dar a conocer de mejor forma tu coctel de personalidad, la gamma personal de tus cualidades y defectos. Tal vez en kiwi con su dulzura interior, a lo mejor la granada con su juego de personalidades, desdoblando una para cada situación; tal vez la uva con sus distintivos colores, suave al tacto y versátil aunque a veces un tanto polarizada en su forma de ser, a veces dulce a veces ácida solía conocérsele también como la fruta de la personalidad bipolar. Cualquiera que sea el fruto de tu preferencia y con el que identifiques algunas características propias a de tu personalidad, entonces tendrás tu propia ensalada, la ensalada de la vida, la ensalada con la que vas y vienes por la vida experimentando éxitos y fracasos. Posiblemente preferirías agregar alguno que otro fruto que te proporcione un balance más equilibrado a tu vida, tal vez estás en una situación envidiable. No importando la mezcla que poseas actualmente, es importante también incorporar a tu vida la variedad de frutos exaltando las cualidades y dejando de lado los defectos. Al final la mejor ensalada de frutas será aquella de la que todos desearían participar, comer y convidar. El coctel que te haga sentir bien, que te permita sentirte saludable y te proyecte como una  buena persona, respetuosa y con valores morales firmes, ese coctel  será la forma idónea de crecer, de ser feliz  y andar por la vida siendo el mejor ejemplo, un verdadero ejemplo de vida para los demás. 



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