Cuando las cosas no parecen ir como tú lo deseas; cuando tu
corazón sufre por un desamor y la razón no concatena con tus sentimientos, tal vez es tiempo de recapitular. Un esfuerzo
sosegado, hasta lo humanamente posible, de vincular tus emociones con tus
pensamientos será de provecho, y estoy seguro de que lograrás encontrarte en ese
mundo caótico de la desilución, de cuando la esperanza parece irse de tus posibilidades. Se que la pereplejidad te
inunda de repente y te deja sin aliento para continuar. Tal vez alguién te ha
fallado sobremanera. Es posible que una persona importante en tu vida te haya
mentido o tal vez haya errado en algún aspecto de la relación, y eso te hace
sentir muy mal, pero no desistas del perdón y la reconciliación, antes bien dáles
una buena cara y aceptalas en tu vida y, por sobre todo, en tu corazón, de modo
que sean parte de tus instrumentos razonables que fundamenten tu forma de
vivir, de relacionarte con los demás y de resolver los problemas humanos. Es
probable que tu corazón se encuentre herido, tal vez malogrado o extremadamente
maltratado. Tal vez no has cerrado algunos círculos en tu vida, y por esa razón
algunas heridas se encuentran frescas, abiertas y expuestas, como si hubiese
sido ayer el triste evento inconcluso que te atormenta, y que por esa única
razón eres tan susceptible, tan vulnerable. No obstante, la vida continúa y tú
debes ser proactiva, es decir, dejarte guíar por expectativas positivas y de
gran valor humano, y no dejarte arrastrar por cosas del pasado ni por traumas
remotos en tu vida. Se dice fácil, pero hacerlo es otra cosa muy distinta, lo
sé. Más aun, debes estar cierta de que lo primero, y como regla personal, es que
debes de internalizar en tus esquemas mentales el no dejarte caer y deprimirte.
La soledad conduce con suma facilidad a intrincados vericuentos psíquicos, laberintos
sin salida que sellan las posibilidades de la felicidad y alegría en tu vida. Recuerda
una cosa: “en la vida no hay problema mas grande que cargar tu cruz con
dignidad, y con la alegría de que Dios lo ha puesto ahí, justo frente a ti”. Ninguna otra cosa será tan propositiva como las
cosas que Cristo te pone de frente y directo al corazón. Así que, emúlalo con
todo el amor y el respeto que pueda salir de ti y deja de lado los sentimientos
de depresión y derrotismo. Aunque pueda parecer extraño, El vive y está
allí, junto a ti, debajo de tu corazoncito esperando que le abras la puerta
con verdadera fe y alegría, y está en espera de ti con un gran regalo en sus
manos, un obsequio que vale para la eternidad. Atrévete a conocerlo y te aseguro
que tus dolencias y preocupaciones desaparecerán, o por lo menos serán menos
intensas y más llevaderas para una vida mejor.
viernes, 23 de noviembre de 2012
jueves, 22 de noviembre de 2012
ENCARANDO UN PASADO DOLOROSO
La unica razón por la que el ser humano debe,incluso
denodadamente, buscar y encontrar su autorealización como persona,sin importar
género,raza,condición social,cultural y económica, es el hecho de que merece
ser feliz,asi de simple y sencillo.Se dice fácil,no obstante la lucha diaria de
millones de personas en el mundo entero hoy día es precisamente la búsqueda de
su propia realización como seres integros y plenos,es decir,seres satisfechos
con lo que son y con lo que han hecho en sus vidas y con sus expectativas
futuras.Mas sin embargo,esa lucha nunca cesa porque las necesidades del ser
humano son continuas y crecientes,y siempre están en constante reacomodo a las exigencias del contexto,a las
variadas necesidades personales en los diferentes roles que la sociedad y la
familia impone.Es a menudo complicado para
algunas personas encontrar la plenitud,especialmente cuando gran parte de sus
vidas han sufrido de experiencias que las han lacrado dejándoles una mezcla de
dolor y animadversión,y en tal condición resultan predestinadas a vivir una
especie de paralisis en sus sanos y legítimos deseos de llegar a ser,de
convertirse en lo que muy en el fondo desean como seres humanos.El amor propio
ha sido trastocado,y en tanto ello esté presente por el tiempo que sea,incluso
toda una vida,la persona afectada contiene una incapacidad de avanzar en el
amor,de ser libre de sus propias ataduras atribuibles a un pasado,si bien con
ciertas fortunas asi tambien con experiencias y momentos aterradores y
desaforunados que pareciera le han marcado con el sello de la incapacidad de
crecer en su espíritu.A causa de ello, muchas personas sufrientes no logran su
cometido de autorealizarse durante toda su vida,de modo que son como peregrinos
que van por el mundo mostrando sus contradicciones personales, denunciando sus
congojas al mismo tiempo que buscan ser ellos mismos con la desesperación
particular de quien no ha resuelto las aflicciones y desdichas de su pasado.
Es probable que sientas las palabras
anteriores en carne propia,con lo cual debemos ser cautos en su consideración y
no confundirnos en la acepción que hagamos al identificar nuestra condición con
la necesidad del sujeto de autorealizarse en forma plena.Debemos ser claros y
precisos al encarar un evento doloroso de nuestro pasado.El primer punto a
seguir en este proceso que,ya de por si angustiante y que naturalmente nos
encamina a una negación perpetua,es mirarse al espejo para apreciar en forma
nítida la o las experiencias aterradoras de nuestro pasado.No es fácil hacerlo
cuando lo único que has efectuado
durante toda la vida es alejarlo de tu conciencia como si con ello
consiguieras alejarlo de tus memorias,de tus esquemas personales.El dolor originario
de aquel evento traumatizante te oprimió tanto que decidiste alejarlo de ti a
como diera lugar.No obstante,la herida ha quedado allí,y lo peor de todo es que
ese pasado permanence mas vivo que nunca.Debes saber algo que quizás nunca te
hayas imaginado:jamás podrás alejar de tu vida tus experiencias personales;buenas
o malas quedaran por siempre alojadas en tu memoria.Ello explica porque muchas
personas en su anhelo de olvidar ese yugo que les oprime el corazon,su sufrimiento
es mayor cada vez.Como si el ir en
contra de sus propias vicisitudes resultáse un aliciente para avivar sus
propias heridas.Conozco a una señora de 73 años,la cual fue abusada sexualmente
por su propio padre cuando ella era solamente una niña de doce años.Su
experiencia se repitió por los siguientes cuatro años de su vida de adolescente
hasta que un día decidió poner fin al calvario.Su padre la abusaba de manera ocasional,pero
desde el primer momento que la tocó en su deseo malsano y bizarro,ella nunca fue la misma.Confiesa que en su momento
tuvo deseos de suicidarse pero algo la contuvo.El horror a los hombres se hizo
mayor,y sus encuentros con chicos de su edad siempre estuvieron en franco
declive en su juventud.De hecho,sus relaciones posteriores con hombres adultos
resultaron un fracaso,situación que la acompaño durante toda su vida.A su edad
aun recuerda con tristeza y desolación su pasado, y ni siquiera el tiempo ha
tenido la capacidad de borrar tanto dolor en su corazón.De la misma manera que
a está señora,la mayoría de nosotros hemos tenido percances nada gratos con
otros seres humanos,y lo curioso es que estos nunca han estado lejos de
nosotros; en muchas de las ocasiones los agresores resultan ser parientes nuestros,y en el peor
de los casos los protagonistas han sido nuestros propios padres,tíos,abuelos,padrastros
,hermanos mayores,etc.,es decir gente
cercana a nuestra realidad.Y durante años hemos vivido con el dilema de que
hacer con ello,a pesar de que nuestra vida se ha arruinado de cierto modo.Lo peor es que muchas veces nosotros
mismos en nuestra desesperanza dejamos de darle valor a todo lo malo que nos ha
acontecido,y hasta lo justificamos,le restamos valor y hasta le damos un giro
distinto de modo que lo encontramos como una experiencia de bendiciones para
nuestra vida,lo cual suena totalmente absurdo si pensamos los estragos que nos
ha causado.Una chica adolescente de 16 años me confesó que su padrastro la
abusaba sexualmente,pero que ella sentía un gran alivio cuando asistía a los
servicios dominicales en su parroquia.Lo grave era que su mamá estaba enterada
del monstruoso hecho y no hacía nada por evitarlo.La joven se conformaba con
decirse a sí misma que el dolor era menos porque estaba muy entregada a las
cosas de Dios.Mas ese alivio era ficticio y solo remendaba el trauma viviente
con una actitud en desamparo silenciosa y humillante,aceptando una realidad de
la que no encontraba la manera de escapar.Ningun hecho malsano acontecido a
nuestras vidas es dable a concesiones,ni merece una acepción esperanzadora de
su razón de ser,aunque en ocasiones pongamos por sentado de que a partir de
ello nuestra vida ha cambiado.Nada justifica un acto pernicioso encontra de
cualquier persona,aún y cuando dicho episodio hubiese marcado la vida de un
sujeto como un parteaguas,entre una vida de apostasía o alejada de Dios,a una
vida plena en El.No podemos imaginar del todo,ni mucho menos predecir lo que el
futuro nos espera,de modo que lo que debemos trabajar en estos casos de trauma
y afectación en el alma de una persona es precisamente el allá y el ayer,concepción
a favor de la integridad del sujeto y de la resolución de su conflictos
originarios en un discurso que recapitula y emerge la experiencia pasada,o bien
trabajar los conflictos en su tiempo y espacio que determinan en buena medida
su comportmiento y expectativas en el
aquí y ahora,concepción a favor del sujeto escindido y de la resolución de
sus conflictos pasados en el presente ignorando la fuerza originaria del
problema.Lo anterior tiene una razón muy poderosa:el pasado,bueno o
malo,impacta nuestra personalidad por el resto de nuestras vidas,los eventos se
convierten atemporales desde el punto de vista de la afectación que producen ,y
nunca preescriben,siempre estan allí determinando en buena medida nuestro presente.Además de que su fuerza es
mayor cada vez y tiene el efecto de hacerse presente en el comportamiento
general,en nuestras relaciones interpersonales y hasta en nuestras expectativas
futuras.No obstante,como dije antes ,lo primero es que el sujeto se reconozca
como una persona portadora de un trauma que lo mantiene atorado en ciertas
facetas de su vida.En su caso,se debe trabajar duro y con determinación para el
logro de este paso tan importante.
Una vez que el sujeto ha logrado vencer
cada obstaculo en la aceptación y reconocimiento de un trauma experiencial en
su vida,es entonces cuando estamos en posibilidades de avanzar en buscar las estrategias
para traer a la conciencia cada situación traumatizante en la vida,los
sentimientos involucrados y la frustaciones experimentadas durante el evento y
a partir del mismo a lo largo de toda la vida posterior.Podría parecer un
asunto de relativa dificultad,sin embargo no hay nada mas doloroso para un ser
humano que ha tenido experiencias brutales,mounstruosas e infames como el
recordar tales eventos.Muchas veces la sola mención del hecho traumatizante en
sus vidas les trae ciertas dificultades.Hace unos veinte años atras,conocí a un
joven universitario que cuando tuvo confianza,terminó por platicarme el hecho
que lo atormentaba.Había sido violado por un tío cuando era un chico de once
años.Desde el momento que inició su relato sus ojos se rosaron y su voz sonaba
trémula y por momentos no pudo articular palabra alguna;un nudo en su garganta
se le atravesaba, y finalmente no pudo contener el llanto cuando aún no había
terminado de decir todo lo que el tenía dentro de su corazón.Los sentimientos de
incomodidad,de culpa y de sentirse asqueroso y sucio por causa de lo que se
vive a causa de un abuso en la integridad de alguien,genera una desilución muy
grande y un sentimiento de impotencia,sentimientos de rabia,tristeza y
depresión,resentimientos hacia las personas que no tuvieron el cuidado de
protegerlo(los padres en este caso),una serie de sentimientos encontrados con
los que no se puede vivir,y la felicidad es solamente una utopía peregrina
desde el particular enfoque del sufriente.Dadas las circunstancias
complicadas de lograr un recuento de
todas las heridas y transtornos que ello ha causado en la vida del sujeto,es sugerible
que la persona encuentre su particular
forma de reconocer sus traumas originarios.Alguién encontrará productivo si lo
escribe en un papel.Quizás platicándolo con alguién más sea una forma de lograr
este cometido.Es posible que se tenga que recurrir a grabar lo que se dice para
luego recordar en detalle lo que se ha dicho.También es recomendable que se
busque a un profesional de los asuntos del corazón, y que sea de su entera confianza para que saque todo lo
que trae dentro y encuentre la guía inicial para su curación espiritual.La
forma que yo aconsejo seguir en este caso, es listar todo lo que le aqueja,con
lujo de detalles y en forma clara y explícita.Después que tenga su lista complete,
ponga en oración cada cosa ante Dios padre y pídale con todas sus fuerzas que
lo libere de la basura que lo oprime.Una visita planeada al Santísimo Expuesto
con la convicción y fe de que lo sanará de toda su carga entregándole la lista
elaborada con anterioridad a la visita,y ejerciendo un rito de quemar su lista
después de la visita,alejarla de usted y destruirla,permitirá un buen comienzo
en el proceso de cerrar un círculo en su vida,un círculo de dolor y
angustia,pero que Dios le hará manejable,de modo que su experiencia dolorosa no
le interrumpa más en su vida personal.Recuerde que Dios es hacedor de milagros
grandes en su vida;solo basta con
pedirselo con verdadera fe y devoción para obtenerlo.
Hay algo que debes saber mas con respecto a
la naturaleza de los traumas en tu vida.Como lo especifiqué antes,los traumas
vividos nunca preescriben,de hecho debemos aprender a vivir con ellos toda
nuestra vida,y ni el tiempo ni nada quita su prescencia en nuestros corazones.No
es nada grato escuchar lo anterior si lo que has venido haciendo por años es
ocultar y negar el pasado que te oprime,como sin con ello la experiencia
original se eliminara de tus registros vivenciales,de tu esquema personal íntimo.Eso
es imposible, de la misma manera que resulta imposible quitar el hecho pasado
que alguna vez te destrozó el alma,lo cual reza con el dicho de que “una patada
ni Dios la quita”. Aprender a llevar una vida sana en Cristo Jesús con toda esa
cantidad de cruces incrustadas en nuestros corazones y los venideros designios
insospechados que nos aguardan, es la mejor actitud y forma de vida que podemos
adoptar.Sepa usted que no hay nada ni nadie en este mundo que pueda sacarlo del
bache en el que se encuentra,excepto usted mismo con sus propias y sabias
decisiones.Por supuesto que Dios le espera en la entrada de su corazón
esperando ansioso el que usted se decida,por eso es importante el que usted
vaya a ese encuentro.De modo contrario, estaremos hablando de que usted está
basando su cambio personal en sus propias fuerzas,sentando todas sus decisiones
en las posibilidades limitadas que su razón e inteligencia puede otorgarle para
salir adelante.Es cierto el hecho de que su decisión es muy importante para un
cambio en su persona,en sus dificultades ,en sus traumas personales,pero al
final del día Dios hará la diferencia en su vida,puesto que en El encontrará la
paz y la felicidad por tanto deseada.Confie en Dios,aprenda a confiar en
El y su vida cambiará se lo aseguro.Si
hay algo que te afecta y es algo que tiene que ver con tu pasado,es tiempo de
encarar tus cadenas teniendo de lado a Cristo como tu Salvador,permitiéndole
que trabaje sobre todas tus cargas y penas.Es ahora ,no mañana.
sábado, 3 de noviembre de 2012
AVISTANDO LA CITA CON CRISTO JESUS
Tu
apariencia de persona fuerte,ruda y de temple
Tu
sonrisa,tus gestos y las expresiones que proyectas
La
verdadera forma de tu ser no es esa la que yo veo
En
verdad solamente lo que observo es tu exterior
Detrás
de lo acorazado de tu persona
Existe
algo mas que rudeza y tosquedad
Muy
al fondo de la mera apariencia
Puedo
vislumbrar mucha sed de amar
He
pensado que te cubres por algún dolor interno
Se
me ha figurado que tus traumas te han limitado
Tal
vez tus apariencias no son mas que defensas
Defensas
que protegen a una suerte de amor soñado
Dejarse
llevar es tan complicado para ti
Todos
te dicen que liberes tu corazón
Alguien
mas te pone en entredicho
Pero
solo Dios y tu saben la razón
Has
caso a tus sentidos,a tus sueños
No
trasgredas tu propia experiencia
Procede
siempre con amor a Dios
El
sabrá descubrirte con paciencia
Cuando
te conozcas en tus debilidades
El
estará allí para sanarte,cobijarte
Lo
hará con suavidad aterciopelada
Y
te hará vibrar con su Santa Sangre
Hasta
entonces serás un ser revestido
Un
ser enteramente nuevo de pies a cabeza
Una
piedra convertida en carne viva
Con
un corazón colmado de fuego
La
obra del Señor no ha llegado a su fin
En
el camino hay pruebas por cumplir
No
sabes hasta cuando tu puerta tocará
Pero
entonces sus reglas debes de acatar
Cuando
llegue justo ese momento
Solo
El y tú en un encuentro etéreo
Celestial
y sobrehumano por el hecho
Beatífico
y bienaventurado por lo bello
Justo
allí comenzarás a ser en espíritu
El
regocijo será pleno y jamás imaginado
Su
sola Prescencia te cubrirá de amor divino
Y la vida en El será por
siempre hasta el infinito
jueves, 1 de noviembre de 2012
LA SOLEDAD DE LA MUJER SIN PRINCIPE AZUL
ESPERANDO EL AMOR CON EL CORAZÓN CERRADO
¿Desesperada porque el multisoñado príncipe
azul no ha llegado a tu vida? Se pasan
los años y no ves llegar la hora en que tu corazón tenga dueño. El hombre con el
que siempre has soñado no aparece por ningún lado, y lo que se asoma en tu vida,
como una sospecha de que algo serio sucede, por lo menos asi lo sientes, es que
todas tus amigas están comprometidas o casadas con su príncipe al que tanto
añoraban. La felicidad no parece estar de tu lado y te deprime tu propia situación
actual. En la intimidad de tu ser recurres al pasado y casi como con
arrepentimiento te fustigas a tí misma, por el hecho de haber sido tan dura y
exigente en tus relaciones anteriores, incuestionable por cierto. Incluso te cuestionas tú misma reprobando
tus actitudes y valores con los que has actuado. Lo primero que te llega a la
mente es “si no hubiera sido tan mala con fulanito, quizás hasta ya estuviera casada como ahora mis
amigas lo están” Te miras al espejo y te
recriminas por tu forma de ser y hasta por como eres, ya sea por dentro como por
fuera. Comienzas a preguntarte sobre los motivos de tu extendida solteria y, mas
allá de ello, de las razones de tu extrema soledad. Por supuesto que mantienes oculta
esa soledad para no despertar la sospecha ante los demás acerca de tus
sentimientos de vacío interior; de un corazón que sufre terriblemente por la
ausencia de un amor que lo complemente. Otra cosa que pasa en tu intimidad
respecto a esa situación, en la que el principe azul no arriba a tu vida, es la
de que, muy a pesar de tu belleza exterior, experimentas cierta envidia en las
mujeres no tan bellas exteriormente; consideras que es injusto para ti lo que te
acontece, pero vuelves a mirarte al espejo y te asusta ver más allá, decides
esquivar el asunto y justificarlo sin dar una real y auténtica resolución de
modo que pudieses encontrar una respuesta en ti misma. Es doloroso reconocerte
en tus errores y traumas, y encuentras “saludable” reprimir lo indeseable a la inconciencia, casualmente. La
vaguedad de este dilema no desaparece del todo y prefieres mantenerlo como un
asunto por separado a pesar de que reconoces de que es de vital
importancia. Pones de relieve la condición de que otras cosas están
fallando, quizá los chicos no se han dado cuenta de que eres linda y sensitiva. Es
posible que los muchachos están ocupados en tantas cosas y es por eso que ni
siquiera se hayan fijado en ti. Es posible que comienzes a experimentar que
requieres de más cuidados personales en tu estética y apariencia, y es entonces
que te conviertes en la cliente número uno de la clínica de belleza de la esquina
y asidua del gimnasio cercano al barrio. No obstante que tu figura luce bien, tú
misma pareces verte muy mal y entonces das inicio a una rutina alimentaria en
la que solamente comes lechuga y más lechuga, y tomas agua y más agua. El
resultado de todo esto es peor que la solución empleada, y en verdad no trae
nada sano a tu vida mas que tristeza y desolación. Pronto te das cuenta de que
el sentimiento de oquedad te oprime y la tristeza se intensifica. En la relación
con tus confidentes das rienda suelta a tus soñadas pretensiones y a los
fracasos experimentados. En esa relación confidencial, normalmente con una amiga
con la que compartes tus intimidades, es en la que te muestras tal cual con
todas tus flaquezas y debilidades. En dicha relación encuentras un alivio
temporario a tus fracasos amorosos, y aún de otro tipo. En el fondo sabes muy
bien que a los chicos no les atraes como tu quisieras y te invade la idea de
ser más accessible con ellos de modo tal que encuentren la entrada a tu vida en
una forma más fácil y sin tantas dificultades. Entonces es probable que
comienzes por ceder algunos de tus principios morales a pesar del sentimiento
de culpa que eso te genera. Es tal tu ansiedad que te enojas contigo misma, te
culpas de lo que te pasa y te sientes fea y poco atractiva a los hombres. La
amargura se origina a causa de ello; no te soportas ni tu misma, todo te parece
mal y hasta el estar con tus mejores amigas te causa cierto malestar. Maldices a
los hombres y, al mismo tiempo, en tu vida aparece un incipiente estado de depresión; tu
ambiguedad provoca serias afectaciones en tu vida interpersonal y la vacuidad
la experimentas con mayor intensidad cada vez. Has empleado de todo, desde un guardaropa
completo de prendas superatractivas que va desde las minifaldas y los escotes
atrevidos, hasta vestidos que no se repiten nunca más, de modo que la inversión
solo en eso sobrepasa cualquier
presupuesto. Has intentado el gimnasio para obtener una figura que no ha
cambiado de manera significativa, pues con tanta ansiedad y nerviosismo tu cuerpo no obedece a tu mente,
y a pesar de que ha sido grande el esfuerzo, son pocas las libras perdidas. Tu tocador repleto
de pinturas asemejan las acuarelas y todo el equipo profesional de
pinturas de un artista profesional. Gastas
una cantidad exagerada en polvos y pinturas para posar más bella y hermosa a la
vista de los hombres, pero eso tampoco parece haber funcionado en forma
efectiva. Tambien tus mejores amigas te han aconsejado y sólo ha sido para
testificar en carne propia la reducida funcionalidad de la mayoría de los
consejos extendidos. Nada da al blanco por lo oblicuo de tu visión, y lo peor de
todo es que los años se van irremisiblemente, sin retorno. ¡Lo que darías por un chico que te quisiera por lo que eres y no por lo que tienes! Y es que la mayoría solo se fija en tu
trasero y en tus pechos, luego en tu cara y al final en tu corazón, si es que hay
tiempo para colocarlo en la jerarquía de las cosas que les interesan. Todo eso
lo sabes y te disgusta que ellos sean
así, aunque en tu juventud te fascinó. Te encantaría que la cosa fuese al contrario. Que primero se fijásen en tu
corazón y luego, sin quitarle ni ponerle, en todo lo demás. El sentimiento de ser amante te parece muy
complicado, pero lo vislumbras como una posibilidad, aunque a veces practicamente te viene a la mente la idea de
renunciar a ser amada por alguien más, y que eso del príncipe azul es mera
ficción, solo un cuento de hadas. Te tiras y renuncias a ti misma de tener a un
amor porque te dices no merecerlo. Sobreviene el desgaste, la renuncia y con
ello la amargura y la desesperanza, triste final.
Un vistazo al exterior
de tu persona nos dice que todo marcha de maravilla. Al ojo del observador
común resultas ser una chica de apariencia muy opuesta a tu sentimiento
interior. Quién diría que, a decir por tu hermosa máscara, tuvieses una autoestima tan
desalentadora. Y es que al contacto con los demás eres la heroína de las
fiestas, la compañera perfecta, la amiga genial, la mujer fuerte y segura, asertiva
y directa en su personalidad. No obstante que tu interior sea otra cosa muy
distinta, te esfuerzas por mantener una imágen de mujer de temple y, además de eso, y por si fuera poco,
inexpugnable al trato; eres como una persona enigmática, misteriosa e
impenetrable, pero por sobre todas las cosas de una apariencia de felicidad
total y satisfacción con la vida que llevas. Cada día que pasa es un número
menos a tu juventud, pero tratas de que eso no te quite el sueño y, como perfecta solución, te insertas
en la vorágine de los acontecimientos propios de tu juventud y de los detalles que van y vienen en las relaciones
interpersonales con tus amistades, lo que parece normal a toda mujer. Tú sola te debates en tu tristeza, pero nadie
o, solamente y en exclusiva, tus mejores amigas lo saben, las únicas con las que puedes abrirte
sin cortapisas en lo que se refiere a tus frustaciones y temores en la vida
amorosa. Muy a menudo te conviertes en una persona con una doble vida, lo que
provoca un desgaste personal de graves consecuencias para tu salud en general. Un grueso tapiz
cubre la inmensidad de tu tribulación y amargura. No obstante lo grueso a veces
se rompe tu cobertura, pero lo reemplazas en forma inmediata. Cualquier exposición
de tu ser te vuelve vulnerable; no es otra cosa que tu ser que se asoma abriendo
la coraza que la cubre, como si tu piel interior fuese abyecto y despreciable. Te
enojas de ti misma y hasta te maldices por lo que eres denigrándote
mordazmente, pero tu sola en tu vida intima, en la soledad del espejo y tu
corazón. Lloras una lágrimas de frustación y desesperanza, y en ese vaivén de
sentimientos negativos reniegas de ti misma y, en el peor de los casos, te
niegas a ti misma. En el extremo de tus contradicciones y paradojas es que te
dejas llevar por un acto de sumisión ante la autoconjura, el autosaboteo y tu
misma te conviertes en tu principal enemigo. En un acto supremo de
conciencia retomas la batuta de tu complicada existencia y vuelves a ser la
mujer firme e inescrutable, sólida e imperturbable. Adviertes que llevar esta
doble vida resulta muy doloroso y comienzas por buscar alternativas viables
para aliviar la tensión. Tus traumas y complejos de superioridad, tu orgullo de
mujer bella, atractiva e interesante te levantan por un instante, pero en este
ciclo enfermizo las caídas ya son parte de una rutina enloquecedora. Solo tú conoces de
los fracasos, pero los demás sospechan de tu infelicidad. En verdad eres presa fácil
al exilio porque te persiguen las pulsiones primarias desde el aposento de la
decencia hasta la puerta ancha de la vida de placeres, de la renuncia de los valores
de respeto y castidad para entrar a una vida en la que atentas contra tu propia
persona, contra tu espíritu, y lo más alarmante: contra tus propios principios que
salvaguardan tu integridad. Quizás tu moralidad es más fuerte que tus propios
impulsos, no obstante sientes ese gusanito que te recorre día a día y que te
tienta hasta los huesos. Comienzas por ceder y te tiras al pecado, a la vida
mundana. Tus cadenas enfermizas te han secuestrado y la posibilida de
recuperarte, aunque no imposible, es verdaderamente complicada. Tal vez tus
esfuerzos son denodados y es entonces cuando te separas del optimismo para ceder al fatalismo, y
así reprogramas tu corazón para no sentir la desilución.
Intelectualmente
hablando todo parece estar bien contigo; no obstante que la academia se
convierte en tu refugio bendito para primeramente ocultar tu desbalance y, por
supuesto, para subsanar posteriormente el hueco del desamor, la hendidura grande en tu corazón
te ha marcado y, aún así palpita por su
complemento. Posiblemente llegas a convertirte en una veterana de las aulas
universitarias. Puede que no estés interesada en proseguir tus estudios, pero en
tal caso las actividades laborales en las que te desarrollas son para ti como
un bálsamo para calmar tu dolor, tus ansiedades y los síntomas de una solteria
que se vuelve extensiva porque nadie parece estar interesado en ti como
mujer o quizá tu ceguera no te lo permite ver con claridad. La fortaleza de conciencia te mantiene en pie, y favorece que la depresión
no sea una opción en tu vida, afortunadamente. Pero sin embargo, no pocas veces
ocurre que experimentas un sentimiento de intensa soledad, de que nadie te
quiere y de que corres el peligro de que el tren pase pitando y te deje atrás
en el camino. Entonces comienza una crisis existencial que te imposibilita ser
feliz, y hasta las cosas mas simples y hermosas han dejado de sosprenderte. La crisis es notoria en todos los aspectos de la vida cotidiana. La última en advertirlo
eres tu misma, pero los síntomas de esa crisis son notorios a cualquiera; y es que
se te nota en tus rasgos, en la faz, en tu sardónica sonrisa, en tu lenguaje no
verbal, en todo tu cuerpo. La crisis muestra los estragos dejando tras de sí una
muerte del amor en vida, una funcionalidad a rastras, una vida a base de inercia
automatizada, robotizada, de simples movimientos que responden a una suerte de
señales de supervivencia; una clase de vida vegetativa en el amor. La capacidad
de amar es cosa del pasado y ni un ápice del deseo de dar debido al bajo umbral
de sentir el amor. Imposible dar lo que no se tiene. La vida ya no es vida; es la
muerte la que opera tu vida, la inunda de su fuerza y eso es lo que provoca la
pesadumbre, el dolor anquilosado de un corazón que alguna vez quiso ser en el
deseo de amar y ser amado, ahora incrustado en el ostracismo espiritual.
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