Cuando
el amor, en cualquiera de sus versiones (ya sea filial, romántico o
ágape-espiritual) ronde tu corazón por cuantas veces aparezca, no lo dejes ir,
antes bien acuñalo, acarícialo y arrópalo en tu corazón y buen espíritu. Amar a
alguien es un acto de desprendimiento personal, libertad de pensamiento y
profundo respeto. Nada más bello que amar sin esperar nada a cambio.
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